El horror de la tragedia del 11 de septiembre ha conseguido lo que
hace sólo diez días parecía imposible: Estados Unidos está unido
como una piña detrás de George W, Bush, un presidente decidido a
liderar el país con firmeza en estos momentos de crisis y angustia.
Atrás quedaron las disputas partidistas, los ecos de quienes lo
acusaban de haber llegado a la Casa Blanca tras «robar» las
elecciones y la sensación de que George W. Bush trabajaba
«comedidamente» y controlaba «más bien poco».
Ahora, después de 34 semanas al frente del país, los
estadounidenses han descubierto un nuevo Bush con carácter,
decisión y firmeza para dirigir una «nueva guerra» contra el
terrorismo y la barbarie que el 11 de septiembre se cobró más de
6.500 vidas en Estados Unidos. Por eso, algunos lo comparan con
Harry Truman, el hombre que se tuvo que hacer cargo de la Casa
Blanca en 1945, a la muerte de Franklin D. Roosevelt, cuando apenas
llevaba unas semanas como vicepresidente y no sabía, tan siquiera,
que Estados Unidos estaba desarrollando la bomba atómica. Todos
pensaban que Truman era «un hombre corriente y sería un presidente
más», pero el que fuera comerciante en su Misuri natal, sacó lo
mejor de sí mismo y lideró al país con pulso firme hasta 1953.
George W, Bush puede hacer lo mismo o puede también, cometer los
errores del último presidente texano de este país, Lindon B.Johnson
(1963-69), quien quiso ser recordado por sus avances en materia de
derechos civiles y de lucha contra la pobreza, pero todo el mundo
lo vincula al fiasco de Vietnam. Sea como fuere, esta gran tragedia
nacional ha dado a Bush el impulso necesario para demostrar su
estatura de líder y, de entrada, le permite salir con la ventaja
que le proporciona la tremenda unidad que se palpa ahora en el
país.
Aquí no hay republicanos ni demócratas, hay legisladores
dispuestos a apoyar a este presidente, coincidían en subrayar los
líderes del Senado, el demócrata Tom Daschle y el republicano Trent
Lott, al comentar el discurso que el presidente Bush dirigió al
Congreso el jueves por la noche. Y el mismo grado de unidad lo
demuestran los estadounidenses quienes, a juzgar por las encuestas,
están abrumadoramente detrás de su presidente. Un 91 por ciento de
los que contestaron a las primeras encuestas de urgencia tras la
intervención, se mostraron de acuerdo con los planteamientos de
Bush y en llevar a cabo acciones militares contra «grupos o
naciones responsables» de los ataques terroristas del pasado 11 de
septiembre.
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