Ayer se pudieron tomar las primeras imágenes de la estación de metro que estaba debajo de las Torres Gemelas.

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MARÍA LUISA AZPIAZU-WASHINGTON Aunque la respuesta oficial es «no vamos a comentar los planes militares», parece claro que comandos de Estados Unidos pueden estar ya en Afganistán con el objetivo de localizar a Osama bin Laden y sus colaboradores. Informaciones de prensa procedentes de Afganistán y Pakistán cuidadosamente no comentadas por el Gobierno de Washington, indican que grupos de operaciones especiales de EE UU están en esas tierras desde hace dos semanas tratando de seguir la pista de Osama bin Laden, pero tienen dificultades para conseguirlo.

Los comandos, según publicó USA Today (el primer diario en levantar el tema), están formados por entre tres y cinco personas que quieren detener a Bin Laden o, si no fuera posible, circunscribir el área en la que podría encontrarse para que las fuerzas convencionales lleven a cabo una intervención a gran escala. Pero, en principio, parece que necesitan más información de inteligencia, algo que resulta sumamente difícil porque, ni tan siquiera Pakistán -cuyos servicios secretos ayudaron a colocarse en el poder a los Talibán- parece tener éxito en las labores de espionaje sobre las actividades del millonario saudí escondido en Afganistán.

Pakistán ha ofrecido a Estados Unidos compartir información de inteligencia y también que sus aviones sobrevuelen su espacio aéreo pero no se sabe si permitirán o no que soldados estadounidenses se desplieguen dentro de sus fronteras. Por el momento y a pesar de que la prensa de la zona ha recogido estas informaciones en inglés y en urdu, tanto el Pentágono como el propio presidente George W. Bush coincidieron ayer en señalar que «no se van a comentar los planes militares».

El presidente Bush, sí fue un poco más allá que el portavoz del Pentágono y aseguró ayer -pero sin más precisiones- que Estados Unidos está «pisándoles los talones» a los responsables de los atentados del pasado 11 de septiembre. El presidente, que hizo unas breves declaraciones antes de que comenzara la entrevista con el rey Abdalá de Jordania, destacó al mismo tiempo que es «importante que el pueblo estadounidense entienda que cualquier discusión pública de operaciones militares o de inteligencia pueden poner en peligro las misiones».

No obstante, el Pentágono tiene destacado ya un importante contingente militar en las inmediaciones del Golfo Pérsico dispuesto a llevar a cabo acciones convencionales. En el área hay ya más de un centenar de aviones de combate, incluidos bombarderos B-52, así como portaaviones y equipo de apoyo y personal suficiente como para lanzar una ofensiva a gran escala, pero está claro que el Pentágono quiere ir con cuidado. Como dijo ayer Bush, «hemos aprendido las lecciones del pasado y sabemos que es muy difícil hacer una guerra de guerrillas con fuerzas convencionales». El presidente insistió en que por eso es por lo que «ha explicado al pueblo estadounidense que la nueva guerra contra el terrorismo va a ser una guerra diferente, en la que lucharemos en diferentes frentes y requerirá no sólo lo mejor de nuestra inteligencia, sino también que compartamos información clasificada».