Aunque la respuesta oficial es «no vamos a comentar los planes
militares», parece claro que comandos de Estados Unidos pueden
estar ya en Afganistán con el objetivo de localizar a Osama bin
Laden y sus colaboradores. Informaciones de prensa procedentes de
Afganistán y Pakistán cuidadosamente no comentadas por el Gobierno
de Washington, indican que grupos de operaciones especiales de EE
UU están en esas tierras desde hace dos semanas tratando de seguir
la pista de Osama bin Laden, pero tienen dificultades para
conseguirlo.
Los comandos, según publicó USA Today (el primer diario en
levantar el tema), están formados por entre tres y cinco personas
que quieren detener a Bin Laden o, si no fuera posible,
circunscribir el área en la que podría encontrarse para que las
fuerzas convencionales lleven a cabo una intervención a gran
escala. Pero, en principio, parece que necesitan más información de
inteligencia, algo que resulta sumamente difícil porque, ni tan
siquiera Pakistán -cuyos servicios secretos ayudaron a colocarse en
el poder a los Talibán- parece tener éxito en las labores de
espionaje sobre las actividades del millonario saudí escondido en
Afganistán.
Pakistán ha ofrecido a Estados Unidos compartir información de
inteligencia y también que sus aviones sobrevuelen su espacio aéreo
pero no se sabe si permitirán o no que soldados estadounidenses se
desplieguen dentro de sus fronteras. Por el momento y a pesar de
que la prensa de la zona ha recogido estas informaciones en inglés
y en urdu, tanto el Pentágono como el propio presidente George W.
Bush coincidieron ayer en señalar que «no se van a comentar los
planes militares».
El presidente Bush, sí fue un poco más allá que el portavoz del
Pentágono y aseguró ayer -pero sin más precisiones- que Estados
Unidos está «pisándoles los talones» a los responsables de los
atentados del pasado 11 de septiembre. El presidente, que hizo unas
breves declaraciones antes de que comenzara la entrevista con el
rey Abdalá de Jordania, destacó al mismo tiempo que es «importante
que el pueblo estadounidense entienda que cualquier discusión
pública de operaciones militares o de inteligencia pueden poner en
peligro las misiones».
No obstante, el Pentágono tiene destacado ya un importante
contingente militar en las inmediaciones del Golfo Pérsico
dispuesto a llevar a cabo acciones convencionales. En el área hay
ya más de un centenar de aviones de combate, incluidos bombarderos
B-52, así como portaaviones y equipo de apoyo y personal suficiente
como para lanzar una ofensiva a gran escala, pero está claro que el
Pentágono quiere ir con cuidado. Como dijo ayer Bush, «hemos
aprendido las lecciones del pasado y sabemos que es muy difícil
hacer una guerra de guerrillas con fuerzas convencionales». El
presidente insistió en que por eso es por lo que «ha explicado al
pueblo estadounidense que la nueva guerra contra el terrorismo va a
ser una guerra diferente, en la que lucharemos en diferentes
frentes y requerirá no sólo lo mejor de nuestra inteligencia, sino
también que compartamos información clasificada».
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