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AGENCIAS - ISLAMABAD/WASHINGTON Consciente de que las acciones militares nunca serán suficientes para atajar el régimen de los talibán, EE UU ha puesto en marcha operaciones encubiertas dirigidas a terminar con él. La campaña, ideada como «secreta» por la Casa Blanca y autorizada ya por el presidente George W. Bush, fue anunciada ayer por «The New York Times», quien indica que se trata no sólo de ayudar a la opositora Alianza del Norte, «sino también de alentar la resistencia a los talibán entre los grupos tribales del sur».

El propósito de estas operaciones encubiertas «es mejorar la capacidad de estos grupos opositores para moverse contra los talibán», por lo que el apoyo irá más allá del respaldo político. Es decir, la ayuda que EE UU va a prestar a la oposición afgana incluye inyecciones de fondos para que compren armas, recluten soldados e incluso «recompensen» a los desertores del régimen talibán. En opinión de EE UU, el papel que pueden jugar en esta complicada campaña los grupos de oposición es clave ya que son los que realmente pueden debilitar al régimen de los talibán y podrían servir de guías a los soldados estadounidenses en un país de tan difícil orografía. Sin embargo, según EE UU, en estos momentos el objetivo fundamental de esta financiación es animar a que se produzcan deserciones entre el régimen de los talibán, para debilitarlo.

Combatientes de la milicia afgana talibán reconquistaron ayer un estratégico distrito en la provincia occidental de Badghis durante una ofensiva contra las tropas de la oposición. El distrito de Qadis, conquistado este fin de semana por fuerzas de la Alianza del Norte, fue recuperado ayer por las tropas de Kabul tras intensos combates que se prolongaron durante tres horas. La agencia de noticias Afgan Islamic Press añade que dos combatientes de las fuerzas de Kabul y tres soldados de la oposición murieron en los enfrentamientos y que los talibán hicieron prisioneros a seis hombres de las tropas enemigas. Unos 60 soldados de la oposición se pasaron también a las filas de los talibán en la provincia norteña de Tajar, uno de los principales escenarios de los combates que ambos bandos están librando desde hace casi dos semanas.

La conquista de Qadis por los talibán estuvo precedida por varias victorias militares de la oposición tras la ofensiva que lanzó aprovechando los preparativos de Estados Unidos para atacar Afganistán. Fuentes de la Alianza del Norte afirmaron el domingo que controlan el 20 por ciento del territorio afgano, el doble del que dominaban al norte del país antes de que se reanudaran los combates, y aseguraron que cerca de 600 soldados talibán se pasaron a sus filas durante el pasado fin de semana. Las afirmaciones no han sido confirmadas por fuentes independientes, pero ambas partes admitieron que se habían reanudado los combates en el norte del país, donde los talibán trasladaron al parecer a miles de combatientes.