Un avión ruso procedente de Tel Aviv con 66 pasajeros a bordo,
todos ellos israelíes, y con once tripulantes cayó hoy al mar
Negro, según informó el Ministerio ruso de Situaciones de
Emergencia, mientras las autoridades rusas de orden público no
descartaron la posibilidad de que haya sido un atentado.
El presidente ruso Vladímir Putin no excluyó la posibilidad de
que el siniestro fuera debido a un atentado terrorista. Ante los
ministros Justicia del Consejo de Europa reunidos en esta capital
para abordar nuevos mecanismos de lucha contra el terrorismo
internacional, Putin declaró que «hoy hemos sufrido un
acontecimiento trágico». «Un avión civil ha sido destruido, y no se
descarta la versión de un acto terrorista», manifestó.
Por su parte, el viceministro ruso del Transporte, Karl Ruppel,
citado por la agencia Interfax, indicó que se había producido una
explosión a bordo del avión, versión ésta confirmada por un piloto
de una compañía armenia que vio el accidente, quien declaró a
Interfax que hubo una explosión a bordo del aparato antes de que se
precipitara al mar.
Desde EEUU se apunta a otra posibilidad. El avión pudo ser
derribadopor un misil tierra-aire disparado accidentalmente durante
unas maniobras militares en Ucrania. No obstante, las fuentes
añadieron, desde el anonimato, que «es muy pronto para sacar
conclusiones», informó la cadena de televisión CBS.
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