El ministro francés de Medio Ambiente, Yves Cochet, afirmó ayer que
no está descartada «ninguna hipótesis», incluida la de «un origen
terrorista», en la explosión en una planta química de Toulouse (sur
de Francia) el pasado día 21. «Nos llegó hoy (ayer) una nueva
información que muestra que puede haber ese origen terrorista»,
dijo Cochet, en alusión a revelaciones periodísticas sobre la
presencia de un cadáver, vestido al estilo de los kamikazes
integristas islámicos, en el lugar de la explosión en la planta de
AZF.
Veintinueve personas murieron y unas tres mil resultaron heridas
en la explosión ocurrida en un hangar de la planta AZF. El diario
«Le Figaro» informó ayer de que la policía investiga la pista de un
posible atentado terrorista tras el descubrimiento del cadáver de
un hombre de origen tunecino, que iba vestido con varias capas de
ropa superpuestas «a la manera de los kamikazes islámicos». Según
el forense, el hombre llevaba «dos pantalones superpuestos y cuatro
prendas interiores, dos calzoncillos y dos camisetas».
El cadáver ha sido identificado, según la revista «Valeurs
Actuelles», como el de Hasán Jandubi, de 35 años, de nacionalidad
francesa y origen tunecino, quien había sido iniciado en el
integrismo islámico por un imán de los barrios periféricos de
Toulouse. Contratado temporalmente por AZF, Jandubi empezó a
trabajar allí cinco días antes de la tragedia.
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