El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, compareció ayer en
el Congreso para informar de la situación internacional tras los
atentados cometidos en Estados Unidos el pasado 11 de septiembre.
Ante la petición de los partidos de la oposición para conocer las
pruebas aportadas por Estados Unidos contra el terrorista saudí
Osama Bin Laden, el ministro alegó que el Gobierno no las puede
facilitar porque sólo las conoce por la lectura de un telegrama y
no las ha visto. Piqué explicó que el único jefe de Gobierno que ha
visto los documentos es el británico Tony Blair. El PSOE interpretó
la actitud norteamericana como una falta de confianza en el
Gobierno español y en su Servicio de Inteligencia. Piqué afirmó que
la administración Bush comunicó a España las pruebas sobre la
supuesta vinculación del terrorista Bin Laden con los atentados del
pasado día 11 de septiembre de palabra, sin entregar ningún
documento.
Así, explicó que la encargada de Negocios de la Embajada de EE
UU leyó ante los interlocutores del Ministerio de Exteriores un
largo telegrama remitido desde Washington. Ante la reacción de los
diputados presentes en la Comisión de Exteriores del Congreso, el
ministro argumentó que España tiene las mismas explicaciones que el
resto de los países aliados a excepción de Reino Unido, que es el
único que ha recibido informes escritos de EE UU, «y sólo una
parte» de los mismos. «Toda la información disponible apunta en una
misma dirección, hacia Osama Bin Laden», afirmó, añadiendo que ha
quedado probada también la intervención del mencionado terrorista
en ataques anteriores a intereses norteamericanos y agregó que
Afganistán le ha dado cobertura, al igual que a terroristas
chechenos y de la Yihad islámica.
Tanto el portavoz del PSOE, Manuel Marín y como el de IU, Gaspar
Llamazares, manifestaron su «sorpresa» por las afirmaciones del
ministro. El socialista, que agradeció a Piqué su «sinceridad»,
dijo: «Ahora comprendemos dramáticamente por qué usted no podía
atender a nuestras peticiones». Concluyendo que esto es una prueba
de que Estados Unidos tiene una falta de confianza en los servicios
de inteligencia españoles o en el propio Gobierno de Madrid. Marín
advirtió al titular de Exteriores de que la opinión pública puede
volverse en su contra «gota a gota» si, a lo largo de la próxima
semana se demuestra que el Gobierno de Tony Blair no fue el único
que recibió documentos. Llamazares, criticó que el ministro haya
alardeado tanto de las supuestas «relaciones privilegiadas» que
mantiene España con Bush para luego, en situaciones de crisis,
recibir un trato «inferior» al resto de los países de la OTAN.
Criticó además que «se avale cualquier respuesta» por parte de
EE UU, puesto que, a su juicio, el derecho internacional «no
legitima cualquier respuesta y por supuesto no legitima una
respuesta militar» y denunció «el uso interno» que Aznar, da a la
crisis, al «vestirse de caqui para ocultar problemas políticos muy
graves que tiene el Gobierno». Asimismo, el titular de Exteriores
afirmó ayer en el Congreso que el Gobierno está tomando medidas de
prevención ante un eventual ataque terrorista de índole químico o
bacteriológico, no por que haya un temor concreto a que se
produzca, sino por responsabilidad. «El gobierno está tomando todas
las medidas necesarias de protección ante un hipotético ataque
terrorista», afirmó ayer Piqué. Por otro lado, Piqué también
comunicó ayer que «hoy por hoy no hay previsiones de que efectivos
españoles integrados en la OTAN participen en el conflicto a corto
plazo».
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