Un día después de la tragedia, se mantiene la confusión respecto al
origen de la explosión que el jueves provocó la muerte de entre 76
y 78 personas que viajaban a bordo del avión ruso que se precipitó
al Mar Negro, especialmente después de que el primer ministro
ucraniano dejase ayer abierta la posibilidad de que fuera un misil
del Ejército de su país el que impactase accidentalmente contra la
nave, versión que había sido rechazada ayer por las autoridades del
país, incluido el jefe del Estado. En todo caso, la Fiscalía rusa
emprendió ayer una investigación criminal por posible acto de
terrorismo para determinar las circunstancias de la explosión.
Además, el comandante en jefe de la Fuerza Aérea rusa, general
Anatoli Kornukov, rechazó ayer la versión de EE UU de que un misil
ucraniano desviado de su trayectoria derribara el avión ruso con
mayoría de pasaje israelí que estalló sobre el Mar Negro. El
ministro de Defensa de Rusia, Serguei Ivanov, indicó que se
investigan «absolutamente todas las hipótesis», incluida la «así
llamada versión de que el avión pudo haber sido derribado por la
defensa antiaérea de Ucrania». En Washington, el portavoz de la
Casa Blanca, Ari Fleischer, perseveró en esa versión, al insistir
en que EE UU no tiene pruebas que apunten a un atentado como causa
de la caída del avión, con 78 ocupantes a bordo.
La hipótesis del disparo, desmentida hasta la jornada de ayer
por las autoridades ucranianas, fue planteada el jueves por un
portavoz de la flota rusa en el Mar Negro, Igor Laritchev. La
polémica dio ayer un vuelco cuando el primer ministro ucraniano,
Anatoly Kinakh, no excluyó en unas declaraciones que un misil
ucranio haya podido abatir accidentalmente el avión ruso, según
informó la agencia Interfax. El jefe del Ejecutivo incluso calificó
de «legítima» esa hipótesis en el curso de una visita a la sede del
diario 'Segodnia'. Por su parte la Casa Blanca indicó ayer que
carecía de elementos para afirmar que la caída de un avión ruso en
el Mar Negro pudiese deberse a un atentado. «Hasta ahora no hemos
visto nada que pueda indicar que se trata (de un acto) de
terrorismo», declaró el portavoz de la Casa Blanca Ari
Fleischer.
En cualquier caso, el fiscal general del Estado ruso, Vladimir
Ustinov, ordenó en la jornada de ayer la apertura de una
investigación por presunto terrorismo bajo la dirección de su
adjunto, Serguei Fridinski. Una comisión de investigación
encabezada por el jefe del Consejo de Seguridad ruso, Vladimir
Rushailo, voló ayer a Sochi para examinar las pruebas reunidas por
siete barcos rusos en el lugar de la tragedia. Por otra parte, un
responsable de las tareas de rescate, citado por la agencia
Interfax, indicó que un fragmento de la cabina presentaba tres
agujeros similares a los producidos por balas. La información no ha
sido confirmada aún por los especialistas. Asimismo, al avión ruso
que cayó en el Mar Muerto el jueves se le había prohibido el acceso
al aeropuerto Ben Gourion de Tel Aviv porque «no estaba en regla»,
informó ayer la televisión pública israelí, citando a la dirección
de la aviación civil, sin precisar razones técnicas.
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