El embajador de los talibán en Pakistán, Abdul Salam Zaif, regresó
ayer a Islamabad con un proyecto de alto el fuego y denunció la
muerte de más de 500 civiles en los bombardeos estadounidenses, que
han provocado la huida de miles de refugiados afganos hacia el país
vecino. En declaraciones ofrecidas a la prensa desde el aeropuerto
de Quetta (Pakistán), camino de Islamabad, Zaif declaró que se
había reunido en los últimos días con el mulá Mohamad Omar, el
líder supremo de los talibán, en Kandahar (Afganistán), el feudo de
la milicia islamista.
«Viajé a Kandahar para hablar con mi líder de un proyecto de
alto el fuego», explicó. «Ahora voy a Islamabad para entrevistarme
con las autoridades paquistaníes y luego presentaré en rueda de
prensa el propósito de mi visita a Kandahar». Salam Zaíf, nada más
volver a Pakistán tras varios días de consultas en Afganistán, no
sólo descartó la entrega de Bin Laden, sino que dejó escaso o nulo
margen para negociaciones. «Todas nuestras acciones son conformes a
las leyes islámicas», dijo ante un nutrido grupo de periodistas.
«No discutiremos ni razonaremos con los que no asumen esto»,
añadió. «No vamos a cambiar la fe por nadie», afirmó, en alusión a
que la negativa a entregar al presunto cerebro de los atentados en
Estados Unidos el pasado 11 de septiembre se basa en la
interpretación que los talibán han hecho de los preceptos
islámicos.
El embajador insistió en que «ésta es una guerra injusta, no
provocada, y queremos que se detenga de inmediato». Zaíf desmintió
las versiones sobre divisiones dentro de la dirección talibán, al
destacar que «todos seguimos las instrucciones de los líderes». Con
respecto a los numerosos contactos diplomáticos en los que EE UU y
otros muchos países intentan ponerse de acuerdo sobre la
composición de un gobierno que sustituya a los talibán, el
embajador dijo: «No permitiremos injerencia en nuestros asuntos
internos». Lo único en que el embajador talibán coincidió con el
presidente de Estados Unidos, George W. Bush, fue en que todavía
queda mucha guerra por delante y que habrá que luchar todo el
tiempo necesario para ganarla.
Frente a la alta tecnología del enemigo, los talibán van a
emplear «la técnica de la paciencia» en una «larga guerra para la
cual guardamos nuestras municiones y capacidad militar», dijo el
embajador. Salam Zaif afirmó que los ataques estadounidenses han
provocado la muerte de más de 500 civiles afganos desde su inicio,
el pasado 7 de octubre.
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