Oriente Próximo volvía a ser ayer escenario de violentos
enfrentamientos que se saldaron con la muerte de cuatro palestinos
en los territorios, mientras que el gobierno de Ariel Sharon
estudiaba su retirada de seis ciudades autónomas ocupadas por el
Ejército israelí, tras abandonar la localidad de Beit Rima, paso
calificado por la Casa Blanca de «paso positivo».
Soldados israelíes mataron ayer a un palestino durante un
tiroteo en la región autónoma de Tulkarem. Hassan Abu Saryeh, de 42
años, fue alcanzado mortalmente en el campamento de refugiados de
Nor el-Chams y otros cinco palestinos resultaron heridos durante el
tiroteo con soldados israelíes, que ocuparon de nuevo la zona.
Con anterioridad, tres palestinos habían muerto en el sector de
Belén. Uno de ellos, Feras al-Salahat, de 28 años, era un
responsable del grupo Ezzedin al Qassem, brazo armado de Hamás,
según el movimiento islamista radical. Los otros dos muertos son un
policía y un obrero, según fuentes médicas.
Con ellos se elevaba así a 45 el número de víctimas mortales
palestinas desde el comienzo, hace una semana, de incursiones
israelíes en Cisjordania, 20 de ellos en el área de Belén, y a 925
el de muertos desde el inicio de la Intifada (revuelta), el 28 de
septiembre de 2000, entre ellos 725 palestinos y 178 israelíes.
Mientras, el gobierno de Sharon estudia su retirada de seis
ciudades autónomas ocupadas por el Ejército.
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