La capital afgana, Kabul, sucumbió hoy casi sin resistencia a las
fuerzas de la Alianza del Norte, mientras los talibanes huyen hacia
las montañas del sur de país.
Imparables tras la cadena de victorias obtenidas durante los
últimos cuatro días, las unidades de Alianza del Norte entraron en
Kabul a primeras horas de la mañana, y después de que los talibanes
la hubieran abandonado durante la noche. «Nuestras fuerzas han
abandonado Kabul», confirmó un diplomático de la representación de
los talibanes en la capital paquistaní. En su marcha hacia el
centro de la capital, los combatientes de la Alianza del Norte, a
bordo de vehículos todos terreno y algunos camiones sobre los que
llevaban montadas metralletas, no encontraron resistencia, aunque
se escucharon disparos aislados en las colinas que circundan la
urbe.
Los últimos talibanes abandonaron Kabul tres horas antes en
convoyes de vehículos que emprendieron la ruta del sur,
aparentemente en dirección a Kandahar, donde la milicia talibán
tiene establecido su cuartel político. Durante las primeras horas,
y según los residentes, se produjeron escenas de pánico en el
centro de la capital cuando grupos de seguidores del régimen
talibán saquearon comercios, y las tropas de la Alianza del Norte
ejecutaron en las mismas calles a varios individuos.
Otros miles de capitalinos saquearon los almacenes de las
agencias de Naciones Unidas comprometidas con la ayuda humanitaria,
aunque no el Banco Nacional de Afganistán, cuyas arcas fueros
vaciadas por los talibanes antes de su retirada. Yolanda Romero, de
Acción contra el Hambre, señaló a EFE que los soldados que
penetraron en la ciudad también intentaron saquear los locales que
la ONG posee en Kabul, pero desistieron tras un breve diálogo.
Según agentes locales de la ONG, los civiles ya han comenzado a
expresar su contento por las calles de la ciudad.
Las fuerzas de la Alianza del Norte, o Frente Unido, una
coalición integrada por cinco grupos políticos, rompieron el lunes
las líneas defensivas de los talibanes al norte de Kabul, y se
situaron a las mismas puertas de la capital. Los ministros de
Defensa de la Alianza del Norte, general Mohammad Fahim, y de
Asuntos Exteriores, Abdullah Badawi, llegaron a Kabul, pocas horas
después de que los hiciesen las primeras unidades militares.
Aviones estadounidenses bombardearon anoche la oficina del canal
de televisión qatarí por satélite «Al Yazira» en Kabul, informó hoy
la cadena, captada en El Cairo. La televisión indicó que ha perdido
desde la noche del lunes al martes el contacto con su corresponsal
en la capital afgana, Taiseer Aluni, el único al que el régimen
integrista de los talibanes permitía enviar información desde Kabul
durante las últimas semanas.
Los ataques estadounidenses alcanzaron la oficina de la emisora
y una vivienda de un ciudadano afgano que trabajaba con Aluni,
añadió «Al Yazira», citando a su corresponsal en Kandahar, Yusef
Ashuli, que aseguró que es el único periodista que se encuentra en
esta ciudad. Según los observadores, con la captura de la capital,
la Alianza del Norte controla más de la mitad del territorio de
Afganistán, que estaba en su mayoría bajo el control de los
talibanes desde que ocuparon la capital y derrocaron al presidente
Burhanudin Rabani, en 1996.
Fuentes militares de los talibanes en Kandahar insistieron en
que la retirada de sus tropas de varias ciudades estratégicas,
incluida la capital, «ha sido táctica», y que «tenía como objetivo
evitar la muerte de civiles y proteger las vidas de nuestros
hombres».
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