TW
0
EFE-KABUL El actual presidente de Afganistán, Burhanudin Rabani, reiteró ayer que entregará el poder al nuevo gobierno interino el próximo 22 de diciembre, pero pidió a la comunidad internacional que no interfiera más en los asuntos internos del país. Rabani criticó a la comunidad internacional por haber presionado a los participantes afganos en la reciente conferencia de Bonn para que llegaran a un acuerdo sobre la formación del citado gobierno interino, que presidirá Hamid Karzai.

Burhanudin Rabani, que apura sus últimos días en el poder, ostenta el cargo de presidente del país a pesar de haber sido derrocado por los talibanes en 1996, ya que es el único jefe de estado afgano reconocido por la ONU. Aunque la Alianza del Norte que él lidera será la más representada en el gabinete de 30 miembros que conformará el Consejo Interino, Rabani criticó duramente cómo se ha creado esta autoridad. Para Rabani, el hecho de que este Consejo haya sido creado fuera de Afganistán, es una «humillación» para el pueblo afgano. «El gabinete tendría que haber sido nombrado en Afganistán», insistió el presidente. «Espero que ésta sea la última injerencia de los países extranjeros» en el país, agregó.

El jefe de la Alianza del Norte que combatió a los talibanes y conquistó Kabul el 13 de noviembre pasado con ayuda de los bombardeos estadounidenses, afirmó que los representantes de esta coalición en la conferencia interafgana solo fueron a discutir y negociar. «Se suponía que ellos (los representantes de las facciones afganas) no tenían que firmar nada, pero firmaron el acuerdo debido únicamente a las presiones ejercidas por la comunidad internacional», afirmó Rabani en una conferencia de prensa celebrada en Kabul. En cuanto al despliegue de una fuerza de paz internacional de acuerdo con lo pactado en la conferencia de Bonn, Rabani también puso en entredicho el acierto de la decisión.