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EFE-KABUL Afganistán comenzó ayer una nueva andadura de su turbulenta historia con la toma del poder del Consejo Interino encabezado por Hamid Karzai, de 44 años, que gobernará el país durante los próximos seis meses. La administración dirigida por este jefe tribal de la mayoritaria etnia afgana de los pastunes cierra la última crisis afgana desatada por la negativa del régimen talibán a entregar a Osama Bin Laden y la ofensiva armada estadounidense que precipitó su caída.

Karzai y los 29 miembros de su Consejo Interino, incluidas dos mujeres, juraron el cargo en una solemne ceremonia durante la que el hombre fuerte de Afganistán se comprometió a luchar «contra el terrorismo hasta eliminarlo». A la ceremonia de ayer asistieron delegados de las 31 provincias que tiene Afganistán y también representantes internacionales, entre ellos el ministro de Exteriores indio, Jaswant Singh, y el jefe de la diplomacia de Irán, Kamal Karrazi. Asistieron también diversos líderes de la Alianza del Norte.

Notable fue la presencia del señor de la guerra uzbeco Rashid Dostum que había desatado interrogantes sobre su colaboración con Karzai, tras amenazar con no dejar que ningún miembro del Consejo Interino viajara a la zona del norte bajo control de sus fuerzas. La ceremonia estuvo presidida por una enorme fotografía del militar tayiko, Ahmed Sha Masud, el comandante más brillante de la Alianza del Norte. Masud fue asesinado el pasado 9 de septiembre por dos supuestos miembros de Al Qaeda. Dirigiéndose a los 2.000 asistentes a la ceremonia, Karzai se comprometió a reintegrar a Afganistán en la comunidad internacional tras cinco años de aislamiento motivado por el régimen talibán, cuyo gobierno sólo reconocieron Pakistán, Arabia Saudí y los Emiratos Àrabes Unidos. El nuevo líder aseguró que su administración respetará todas las leyes internacionales, las convenciones de la ONU, y luchará contra el «terrorismo hasta eliminarlo».

El jefe pastún, que asumió el poder en medio de la lucha contra el terrorismo emprendida por EEUU, subrayó asimismo que su Gobierno respetará los principios, leyes y costumbres del Islam, y trabajará «para que las mujeres puedan ejercer sus derechos». Se comprometió también a establecer un ejército en el que integrar todas las facciones militares, protagonistas muchas de ellas de la guerra civil que sacude el país desde hace 23 años. Karzai, que tiene el apoyo de la comunidad internacional y también de los líderes afganos y de la Alianza del Norte, dispone ahora de seis meses para poner en marcha un país devastado por décadas de guerra.