La tensión entre la India y Pakistán continúa en aumento con los
dirigentes de ambos países intercambiando acusaciones mutuas sobre
quién es el responsable de la actual crisis. Desde Nueva Delhi, el
primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, acusó ayer a Pakistán
de estar empujando a India a la guerra, asegurando que su país no
tendrá otra posibilidad que hacer frente a ésta. Por su parte, el
presidente paquistaní, Pervez Musharraf, echó en cara a India su
«complejo de superioridad» y advirtió que el Ejército paquistaní
está preparado para hacer frente a todos los «desafíos».
Mientras, dos soldados indios murieron y una mujer resultó
herida cuando tropas paquistaníes dispararon en la madrugada de
ayer contra una patrulla en la frontera entre ambos países, informó
la agencia PTI citando a fuentes oficiales indias en la capital de
invierno de la Cachemira india, Jammu. Según otras fuentes, una
mujer murió y otras cinco resultaron alcanzadas por fuego de
mortero paquistaní en la frontera, informó la agencia de noticias
india. «No queremos la guerra, pero nos está siendo impuesta.
Tendremos que hacerle frente», declaró Vajpayee durante un
encuentro organizado por el Bharatiya Janta Yuva Morcha (BJYM), las
juventudes del Partido Nacionalista Hindú (BJP), en su residencia
en Nueva Delhi con motivo de su cumpleaños, según informa la
agencia PTI. «Ya hemos señalado que en esta ocasión la lucha será
tal que será la última sobre la cuestión del terrorismo», añadió el
primer ministro.
En este sentido, el ministro indio de Interior, L.K. Advani,
negó categóricamente ayer que India quiera ir a la guerra con
Pakistán. Por otro lado, Pakistán ha desplegado baterías de misiles
balísticos de medio alcance a lo largo de la Línea de Control cerca
de los sectores de Jammu, la capital de invierno de la Cachemira
india, y de Poonch. De acuerdo con las fuente de seguridad citadas
por PTI, las unidades estratégicas paquistaníes procedieron al
despliegue de dichos misiles durante las últimas 24 horas.
Por su parte, el presidente paquistaní, Pervez Musharraf aseguró
ayer desde Karachi que Islamabad está dispuesto a buscar con Nueva
Delhi una solución pacífica a sus diferencias, esencialmente su
conflicto los territorios de Cachemira que separan los dos países y
que les han llevado en dos ocasiones a la guerra, siempre que India
abandone su «complejo de seguridad» sobre Pakistán. Además,
Musharraf advirtió de que el Ejército paquistaní está perfectamente
preparado para hacer frente a cualquier tipo de desafío, tanto
interno como externo, recordando que de hecho Pakistán, al igual
que India, es una potencia nuclear. Sin embargo, aseguró que su
país es una potencia nuclear «responsable», por lo que Islamabad no
tomará ninguna decisión apresurada.
Ayer por la tarde, sin embargo, la policía paquistaní detuvo a
Maulana Masood Azhar, líder del grupo islámico Jaish-e-Mohammad,
una de las dos organizaciones acusadas por la India de haber
cometido un atentado contra el parlamento de Nueva Delhi, el pasado
13 de diciembre, según anunció un alto responsable gubernamental.
«Fue detenido por haber violado una prohibición pronunciando
discursos provocadores e incitando a la población a perturbar el
orden público», declaró ese responsable que pidió el anonimato.
Según esta fuente, Azhar, detenido desde el fin de semana, aún no
fue acusado formalmente. «Hay algunas reglas y Azhar las violó»,
añadió el responsable paquistaní.
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