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AGENCIAS/WASHINGTON El presidente estadoundinense, George W. Bush, afirmó ayer antes de emprender viaje a Moline (estado de Illinois) que se encuentra bien y que su presión sanguínea es buena después del ligero desmayó que sufrió el domingo en la Casa Blanca cuando se atragantó con una galleta mientras veía por televisión el partido de fútbol americano Baltimore-Miami. Bush bromeó sobre el incidente, al salir de la Oficina Oval en dirección a su helicóptero, diciendo que se había caído y cuando despertó encontró a sus perros, Barney y Spot, mirándolo preocupados.

«Mi madre siempre me decía: 'Cuando estés comiendo pretzels (galletas saladas en forma de lazo), mastica antes de tragar'. Háganle caso a sus madres», dijo Bush a los periodistas antes de abordar el helicóptero que lo llevó a la primera escala de su viaje por los estados de Illinois, Missouri y Louisiana. Al preguntársele que pasó, Bush respondió: «Me caí al suelo y desperté y ahí estaban Barney y Spot mirándome muy preocupados. No me di cuenta de lo que pasó hasta que me miré en el espejo (...) Mis gafas me cortaron el lado de la cara». «Me siento estupendamente», agregó, señalando que su presión sanguínea era «buena» el lunes por la mañana y que estaba deseoso de iniciar su viaje.

El desmayó ocurrió en la noche del domingo mientras Bush veía un partido de fútbol americano por televisión en sus instalaciones privadas de la Casa Blanca. Fue el primer susto relacionado con la salud de Bush como presidente. Su médico, el coronel de la Fuerza Aérea Richard Tubb, dijo que se recuperó pronto, y un examen médico posterior determinó que estaba bien. Tras un rasguño en su mejilla izquierda y una magulladura en el labio inferior causados aparentemente al golpearse contra el suelo alfombrado cuando cayó, el mandatario recobró rápidamente el conocimiento, dijo Tubb.

Bush se había quejado el fin de semana de que se encontraba«un poco fuera de juego» y que se sentía como si le fuera a dar un resfriado. Eso, combinado con apenas un pretzel que no tragó bien, causó una disminución en los latidos de su corazón y, como resultado, se desmayó, explicó Tubb. «No encontré nada que indicara que fuera algo serio», dijo Tubb. Los resultados de los exámenes fueron normales y no se le recetó ningún medicamento como resultado del episodio.

El posible trato que EE UU dará a los presos afganos preocupa a diversos grupos humanitarios
El silencio que EE UU mantiene sobre la forma en que serán tratados los prisioneros capturados en Afganistán pone en duda la moralidad de los métodos utilizados, advirtieron ayer expertos y defensores de los derechos humanos en Londres. A pesar de que el derecho de los estadounidenses de mantener a los presuntos miembros de Al Qaeda no fue puesto todavía en entredicho, las condiciones de detención de estos prisioneros y sus derechos ya provocan numerosas inquietudes. «Uno de los elementos más preocupantes es la falta de transparencia con respecto a la forma en que son tratados», afirmó Adam Roberts, profesor de Relaciones Internacionales en la universidad de Oxford. El viernes se trasladó a 20 prisioneros desde Afganistán hasta Cuba, un viaje de más de 24 horas para recorrer 13.000 km.