La crisis argentina golpea de nuevo a las multinacionales españolas

Desde que se conocieron los planes económicos del presidente de Argentina, Eduardo Duhalde, así como su intención -luego materializada- de devaluar el peso, la bolsa española ha tenido un comportamiento claramente bajista. Con el mercado de valores de Buenos Aires cerrado desde el día 4 y con restricciones para sacar dinero de los bancos, el llamado «corralito», la situación en el país se ha hecho impredecible y casi ningún analista se atreve a hacer pronósticos.

Al cierre de ayer, el índice general de la Bolsa de Madrid acumulaba unas pérdidas próximas al 6% en las escasas dos semanas de año, en tanto que el Ibex-35 ya suma un recorte en lo que va de ejercicio del 7'11%. Para los analistas, la incertidumbre de la situación argentina y la inseguridad jurídica generada por la ausencia de una legislación efectiva es lo que ha pesado más negativamente en el mercado español y en las grandes compañías españolas que tienen presencia en ese mercado.

Telefónica, que acumula unas pérdidas en lo que va de año del 8'78%, se ha dejado en apenas 10 días 8.597 millones de euros (1'43 billones de pesetas), hasta situar su capitalización en unos 64.000 millones de euros (10'67 billones de pesetas). Por su parte, Repsol, que ya acumula pérdidas del 14'90% en lo que va de año y ha sido una de las compañías más afectadas por la crisis argentina -debido al impuesto sobre los hidrocarburos que pretende implantar Duhalde-, ha perdido casi 2.000 millones de euros (333.000 millones de pesetas) de su valor en Bolsa.

Los dos grandes bancos españoles, BBVA y SCH, que tienen una cuota muy significativa del mercado bancario argentino también acumulaban grandes pérdidas y mientras el primero ha bajado un 11'80% en lo que va de año, el segundo ha caído un 7'44%. Estas rebajas se han traducido en significativos recortes en su capitalización bursátil, de algo más de 5.000 millones de euros (832.000 millones de pesetas) para la entidad que preside Francisco González y de unos 4.250 millones de euros (707.000 millones de pesetas) para el banco que dirige Emilio Botín.

«Pelea entre pobres» en el Mercado Central de Buenos Aires
Los descargadores y otras personas que trabajan para el Mercado Central de Buenos Aires dispersaron ayer con palos y piedras a un millar de desempleados que habían acudido allí para pedir alimentos para sus familias. La pelea de «pobres contra pobres», como la definió uno de los participantes, se desarrolló junto a la autopista que une el aeropuerto de Ezeiza con la capital argentina y en algunos momentos incluso llegó a invadir sus carriles. «No tenemos una mierda de laburo (trabajo) y nos lo quieren quitar», dijo uno de los descargadores a los canales de televisión que transmitieron en directo la batalla campal. Si bien no se informó de heridos, las imágenes televisivas mostraron a personas sangrando y a una tendida e inmóvil en medio de un charco de sangre en la autopista, tras recibir en la cabeza un golpe propinado con una varilla de acero, según los testigos. Luego se informó de su fallecimiento. La violencia estalló después de que manifestantes de la izquierdista Corriente Clasista Combativa (CCC) cortaran calles y avenidas de las inmediaciones al Mercado Central impidiendo el acceso a sus trabajadores. Los descargadores se armaron de palos, varas de hierro y piedras, y lograron alejar del lugar a los manifestantes, que la Policía cifró en unos 600 y la CCC en más de 2.000. Los directivos del Mercado Central fueron sacados del lugar por la Policía, que no intervino en la pelea.