El traslado, la prisión y el juicio que Estados Unidos realizará a
los talibanes y miembros de Al Qaeda detenidos en Afganistán ha
empezado a levantar las voces de alarma por la posible violación de
los Derechos Humanos de los prisioneros. Así, la Alta Comisaria de
la ONU para los Derechos Humanos, Mary Robinson, afirmó ayer estar
«muy preocupada» por la situación de los prisioneros talibanes y de
la organización Al Qaeda que fueron transferidos a la base naval
estadounidense de Guantánamo (Cuba).
Robinson indicó que buscan más datos sobre las condiciones en
las que están estos prisioneros, la forma en la que se les trasladó
a Guantánamo y el trato que reciben. La Alta Comisaría recordó a
Estados Unidos sus obligaciones ante la legislación internacional
humanitaria y resaltó que toda persona detenida está protegida por
el Pacto Internacional de Derechos civiles y políticos y las
Convenciones de Ginebra de 1949. Asimismo, explicó que el estatuto
jurídico de los detenidos y su derecho a ser considerados
prisioneros de guerra debe ser examinado por un tribunal competente
en caso de que se produzca alguna queja al respecto, a partir de
las disposiciones de la II Convención de Ginebra.
La organización «Human Rights Watch» cree que la campaña
antiterrorista de Estados Unidos alienta los ataques oportunistas a
los derechos civiles. En su informe anual sobre el respeto a los
derechos humanos en el mundo, difundido ayer, esta entidad destacó
que al mismo tiempo la actividad contra el terrorismo da la
oportunidad de centrar la atención en naciones en las que se niega
la democracia y hay poco respeto por los derechos humanos.
Kenneth Roth, director ejecutivo de la entidad, declaró que
derrotar «la fundamental amoralidad del terrorismo requiere un
firme respeto y promoción internacional de los derechos humanos», y
resaltó que los principios de ese derecho no deben ser
comprometidos en nombre de ninguna causa. Explicó que las acciones
que lleva a cabo el Gobierno de Washington en Afganistán para
desarticular al régimen talibán y Al Qaida, han dado una nueva
razón a un gran número de países para ignorar los derechos humanos.
El cardenal Roberto Tucci expresó ayer su preocupación ante la
posibilidad de que «poco a poco» los países occidentales traten a
los prisioneros talibanes de la misma manera que éstos empleaban
con sus adversarios.
Tucci, presidente del Comité de Gestión de Radio Vaticano, hizo
estas manifestaciones en referencia a los prisioneros talibanes y
de Al Qaida llevados a Guantánamo. El presidente estadounidense,
George W. Bush, rechazó las críticas vertidas desde diversos puntos
contra las condiciones de detención de los prisioneros afganos en
Cuba y afirmó que los detenidos reciben un tratamiento «humano y
respetuoso», señaló ayer la Casa Blanca.
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