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FRANCE PRESS-PARÍS El director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Koehler, admite, en una entrevista publicada ayer por el diario francés 'Le Monde', que la institución tuvo su parte de responsabilidad en la crisis argentina, aunque apuntó que «las raíces del mal» se encuentran en la propia Argentina y que es a los políticos de Buenos Aires a quienes corresponde unirse para sacar al país adelante.

En la entrevista, Koehler reconoce que desde los años de Gobierno de Carlos Ménem, y más tarde durante el mandato de Fernando de la Rúa, el FMI «debería haber prestado más atención a la solidez de las instituciones en Argentina y a sus valores sociales». «Nuestro error fue de no haber dicho con la suficiente firmeza a finales de los noventa que la disgregación de las instituciones tendrían un coste elevado, no prestamos demasiada atención a las derivaciones de la política de Ménem», añade.

«Dicho esto, compartimos este fracaso con la comunidad internacional», reconoce Koehler, apuntando en particular también puede reprocharse a «los europeos» por «mantener su viejo sistema de producción agrícola». Recordó, además, que la ralentización del crecimiento económico mundial no contribuyó a mejorar la situación. En cualquier caso, Horst Koehler indica que la responsabilidad es fundamentalmente argentina porque es allí donde se encuentran «las raíces del mal».