Las autoridades indias reforzaron ayer al máximo la seguridad en
torno a la embajada de EE UU en Nueva Delhi y todas las demás sedes
de ese país en su territorio, tras el ataque contra el Centro
Americano en la ciudad de Calcuta en el que murieron cuatro
policías y resultaron heridas otras 17 personas. El edificio se
encontraba vacío cuando se produjo el ataque, que coincide con la
presencia en Nueva Delhi del director del FBI, Robert Muller, para
tratar con las autoridades indias asuntos relacionados con el
terrorismo.
Cuatro individuos armados con rifles Ak-47 llegaron en dos motos
al conocido como Centro Americano, en el momento en que los
policías que habían hecho guardia por la noche eran reemplazados
por los del turno de la mañana, y dispararon indiscriminadamente
contra las fuerzas de seguridad. «Fue tan repentino que no pudimos
reaccionar», declaró uno de los agentes que sobrevivió al ataque,
el primero de este tipo ocurrido en Calcuta, capital del estado de
Bengala Occidental y una de las mayores ciudades indias con 12
millones de habitantes.
Los atacantes se dieron a la fuga, mientras que las fuerzas de
seguridad acordonaban la zona, que aloja a una librería y un centro
de prensa, y está ubicado a unos 600 metros del consulado
estadounidense en el corazón de la ciudad. Del escenario del ataque
se recogieron 54 cartuchos de bala de rifles Ak-47, según fuentes
policiales. El ministro Jefe de Bengala Occidental, Budhadeb
Bhatacharjee, declaró a la prensa que un grupo se había
responsabilizado del ataque, pero no quiso mencionar su nombre.
El ministro de Interior del Gobierno federal, Lal Krishna
Advani, fue un poco más allá al asegurar que el grupo en cuestión
estaba implicado en el reciente secuestro de un hombre de negocios
en Calcuta y tenía conexiones con los servicios secretos de
Pakistán «ISI». Pero Pakistán se apresuró a declarar que no tenía
nada que ver con el atentado y además lo condenó. «Esas alegaciones
no tienen ningún sentido», afirmó un portavoz oficial paquistaní,
Aziz Ahmad Jan, al referirse a las declaraciones de Advani.
Según la televisión privada Star TV, el grupo islámico «Asif
Raza Commandoes», implicado en varios casos de secuestro en
Calcuta, reivindicó la autoría del atentado en una llamada a un
periódico local y el grupo «Harkat-ul-Hejadi Islami», en otra
llamada a la policía, también alegó haberlo cometido. En Nueva
Delhi la embajada estadounidense se apresuró a emitir un comunicado
anunciando que ninguno de los heridos era ciudadano suyo, mientras
que la policía declaró la alerta en torno a la misión diplomática
de EE UU en la capital y en otros centros estadounidenses en todo
el país.
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