Los principales dirigentes de la política y la economía se reúnen
desde ayer en Nueva York. Mientras, en Porto Alegre (Brasil) se
reúne la contracumbre económica, la del Foro Mundial
Antiglobalización, para criticar el sistema capitalistas mundial y
las desigualdades crecientes entre las regiones del mundo.
El Foro Económico Mundial (FEM), una iniciativa privada que
aboga por las bondades de la globalización, abrió ayer sus puertas
en dos de los hoteles más lujosos de Nueva York. Aunque desde 1971
el FEM se celebra en la localidad suiza de Davos, en esta ocasión
su fundador y promotor, Klaus Schwab, decidió llevarlo a la Gran
Manzana como señal de solidaridad con la ciudad tras los atentados
del pasado 11 de septiembre. El antiguo alcalde de Nueva York,
Rudolph Giuliani, afirmó en una rueda de prensa que la elección no
podía haber sido mejor, porque «Nueva York es la capital del mundo»
por su diversidad. Giuliani, que previamente a su presencia en el
Foro estuvo ayer en la apertura de la bolsa de Wall Street, también
declaró que Nueva York es «la capital financiera del mundo».
Preguntado por la posibilidad de que existan protestas, algunas
de ellas quizá violentas, por parte de grupos contrarios a la
filosofía que defiende el FEM, Giuliani dijo que la Policía de
Nueva York está acostumbrada a este tipo de eventos. Se calcula que
unos 4.000 agentes de Policía fueron desplegados en muchas calles
de Nueva York y los principales puntos neurálgicos de la ciudad,
como el metropolitano, la sede de las Naciones Unidas y, por
supuesto, los alrededores de los hoteles en donde se celebra el
FEM. No obstante, el Foro se abrió sin las protestas violentas que
caracterizaron algunas conferencias de la Organización Mundial del
Comercio (OMC) y del G-7 (grupo de los siete países más
industrializados).
Mientras, con una marcha que recorrió ayer las calles de la
ciudad brasileña de Porto Alegre, por momentos bajo la lluvia,
miles de activistas del movimiento contra la globalización dieron
la señal de partida al Foro Mundial Social. La marcha tuvo su punto
culminante en la entrada del Anfiteatro del Atardecer y fue el
primero de los actos programados en este foro anti globalización.
Porto Alegre escuchó ayer los primeros cánticos contra el Area de
Libre Comercio y contra la globalización salidos de las gargantas
de miles de jóvenes de todo el planeta, muchos de ellos «veteranos»
de las que llaman «batallas» de Seattle, Québec o Génova, hitos de
las primeras manifestaciones organizadas contra el orden económico
mundial.
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