El vicepresidente del Ejecutivo, Diosdado Cabello, señaló que
hechos similares han ocurrido con anterioridad, y apuntó que, según
las leyes, Soto podría ser dado de baja para que pueda dedicarse
plenamente a la política. Cabello agregó que la tranquilidad reina
en toda Venezuela, y descartó que Soto represente el sentir del 75
por ciento de los militares del país, como dijo el coronel de la
Fuerza Aérea Venezolana cuando pidió la renuncia del presidente.
«El sentido común dice que si Soto tuviese ese respaldo no se
hubiese alzado en un hotel sino en un cuartel», manifestó Cabello,
que es militar retirado.
El vicepresidente venezolano reiteró que no hay ninguna
posibilidad de que tenga lugar un golpe de Estado, e insistió en
que la normalidad es general en todas las unidades castrenses. Lo
cierto es, pero, que el supuesto descontento militar contra Hugo
Chávez mantiene en tensión las calles de Caracas, donde ayer
continuaron las manifestaciones a favor y en contra de la renuncia
del presidente venezolano exigida por dos militares en activo. Cada
uno a cada lado de la ciudad, al este los opositores y al oeste los
«chavistas», los grupos de manifestantes han mantenido sus
posiciones, que a juicio del Gobierno y de líderes de la oposición,
no desencadenarán incidentes violentos en la capital de
Venezuela.
Soto, a quien ayer sus superiores dieron 72 horas para
presentarse a rendir cuentas, afirmó que no se entregará a la
justicia militar y que seguirá luchando por la libertad de
Venezuela, y citó al comandante en jefe de la Aviación, general
Régulo Anselmi, a que acudiera a la plaza a hablar con él. «Yo no
tengo por qué entregarme, porque yo no he delinquido en ningún
momento, he expresado la voz y el sentimiento de un pueblo que no
quiere que mañana sus juventudes vayan a estar oprimidas», dijo
Soto ante la multitud que le apoyaba. Agregó que contaba con el
pueblo venezolano y con un gran apoyo de los militares para
defender la democracia, que a su juicio está en peligro bajo el
régimen de Chávez, a quien acusa de «totalitarista y fascista».
Otro militar en activo se sumó ayer a las críticas contra
Chávez, el capitán de la Guardia Nacional (policía militarizada)
Pedro Flores, quien se presentó en la casa presidencial de La
Casona y dijo que la postura de Soto «es un sentir que está en
muchos militares», e hizo una llamada a sus compañeros que tienen
ese sentir a incorporarse al descontento público. Ayer un amplio
grupo de opositores está reunido en la Plaza Altamira, gritando
consignas y blandiendo cacerolas para pedir la renuncia de Chávez,
y esperan que su número aumente en las próximas horas.
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