Wim Kok anunció en el Parlamento que se mantenía la fecha electoral.

TW
0
EFE-AMSTERDAM El presunto asesino es Volkert van der Graaf, un holandés de raza blanca de 32 años casado, padre de una hija y empleado de la organización medioambiental Vereniging Mileu Offensief. Las principales Organizaciones no Gubernamentales (ONG) que luchan por la protección del medio ambiente, entre ellas Greenpeace, se apresuraron a condenar el atentado y manifestar que no tenía nada que ver con el acusado.

El presunto asesino no ha querido por el momento hacer ninguna declaración pero ha nombrado un abogado, según el explicó en rueda de prensa G. Hofstee, miembro del Ministerio de Justicia. En los primeros momentos de confusión se barajaron tesis que apuntaban desde un posible crimen pasional hasta la venganza de algún radical musulmán, contra los que el candidato a las elecciones había hecho duras manifestaciones.

En los pocos pero intensos meses que duró su carrera política, Fortuyn, de 54 años, se granjeó grandes simpatías y tremendos odios con sus manifestaciones contra los inmigrantes, tema que se había convertido en su gran caballo de batalla. Haciendo gala de su homosexualidad y con un programa que se centraba en temas muy claros que preocupan a los ciudadanos, como las listas de espera en la sanidad y los atascos, el líder radical populista consiguió en sólo unas semanas hacerse con la mayoría en la alcaldía de Rotterdam.

La decisión del Gobierno del primer ministro, Wim Kok, de mantener las elecciones generales para el 15 de mayo, ha sido apoyada por todos los líderes de los partidos políticos que coinciden en afirmar que la democracia debe imponerse incluso en situaciones de violencia como ésta. «La mejor manera de servir al espíritu de Fortuyn y a la democracia es asegurar su ejercicio a pesar de que ocurran actos más horribles como éste», dijo Kok en un discurso pronunciado ante los senadores de la Primera Cámara en una reunión extraordinaria.

Antes de tomar esta decisión, los miembros del Gabinete se entrevistaron con los representantes de los partidos, incluido el de Fortuyn, y con miembros de su familia. En cualquier caso, tal y como decidieron los principales grupos políticos, la campaña ha quedado suspendida y ningún candidato realizará mítines ni actos electorales hasta el día de los comicios.