El presidente palestino, Yaser Arafat, anunció ayer ante el
Parlamento que está dispuesto a reestructurar las instituciones
palestinas y a convocar elecciones, en un discurso de 45 minutos en
que el que criticó la ofensiva militar de Israel contra aldeas y
ciudades de Cisjordania. «Es tiempo de corrección, de hacer una
revaluación de todos los aspectos de nuestra vida nacional», dijo
Arafat, de 73 años, quien aludió a la necesidad de reformas en la
Autoridad Nacional Palestina (ANP) pues «es necesario fortalecer la
separación de los poderes» ejecutivo, judicial y legislativo.
De las elecciones no dio fecha pero si habló de «una rápida
preparación» de las mismas y de que sean unos comicios libres, que
«sirvan para elegir a los líderes de todas las instituciones
públicas, aparatos de seguridad y sindicatos a fin de reconstruir
nuestra sociedad civil». Arafat asumió todos los errores cometidos
por la ANP durante su mandato desde 1994, de los que manifestó «soy
completamente responsable, no culpéis a nadie más que a mí» y
añadió que «hemos pasado por condiciones muy difíciles que todos ya
sabéis». El martes el Gobierno israelí acusó a Arafat de ser un
corrupto.
Al referirse al pueblo palestino, Arafat explicó que es «un
pueblo invencible y el único del mundo que vive bajo ocupación» y
apeló a la consecución de «una libertad real, a la creación de un
Estado por encima de todo». «Y a quien no le gusta la idea de un
Estado palestino que se vaya a beber agua al mar Muerto», espetó,
para agregar que «la paz ha sido y será nuestra opción estratégica,
y nunca nos rendiremos para alcanzarla». Arafat, que comenzó su
alocución con una descripción detallada de todas las aldeas, campo
de refugiados y ciudades destruidos en la operación militar israelí
«Muro de defensa», condenó los asedios, las masacres y la agresión
de Israel contra la población palestina, especialmente en el campo
de refugiados de Jenín, en la vieja ciudad de Naplusa y el cerco a
la Basílica de la Natividad de Belén, «santa para los cristianos y
musulmanes».
Sin embargo, el líder palestino rechazó cualquier tipo de ataque
palestino contra civiles israelíes. «La opinión pública palestina
-precisó- está convencida de que esas operaciones no sirven a
nuestra causa y son contraproducentes». Pero Arafat responsabilizó
a Israel de destruir por la fuerza los esfuerzos los acuerdos para
la paz y confirmó que sigue comprometido con la paz como una opción
estratégica y como un interés común para los dos pueblos. El Alto
representante de Política Exterior y de Seguridad de la UE, Javier
Solana, anunció que Arafat organizará un doble proceso electoral «a
finales de verano o principios de otoño» para renovar el Consejo
Legislativo y los gobiernos municipales.
Por otra parte, los trece palestinos expulsados por Israel «no
obtendrán el derecho de asilo» en los países europeos, según
anunció ayer el jefe de Gobierno italiano, Silvio Berlusconi. «El
Gobierno italiano considera positivo que no se les conceda el
derecho de asilo, sino un permiso de estancia provisional», declaró
Berlusconi. Italia es uno de los seis países, junto con España,
Bélgica, Irlanda, Grecia y Portugal, que aceptó recibir a algunos
de los trece palestinos expulsados de la Basílica de la Natividad
de Belén. «Serán libres pero protegidos, porque pueden correr
riesgos», afirmó el jefe de Gobierno italiano.
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