El sondeo, realizado por encargo de la televisión pública holandesa
NOS y que no deberá diferir mucho de los resultados definitivos,
sitúa en tercer lugar empatados, con 24 de los 150 escaños de la
Cámara baja, a los liberales del VVD y los laboristas del Pvda, que
serían los grandes perdedores. El CDA lograría 40 escaños, lo que
le permitiría volver la gobierno tras una ausencia de ocho años,
seguido del partido de Fortuyn (LPF) con 26 asientos en el
Congreso, si se confirman estos resultados.
Estas elecciones generales estuvieron marcadas por el asesinato
de Fortuyn, el lunes de la semana pasada, hecho que causó la mayor
conmoción de la historia de Holanda desde la Segunda Guerra Mundial
y despertó un inesperado interés por los comicios incluso entre los
ciudadanos que normalmente no votan. Sin esperar a los resultados
definitivos, el líder del CDA, Jan-Peter Balkenende, dijo, al
conocer las encuestas, que los resultados son la muestra «de que ha
llegado el momento para hacer un nuevo tipo de política centrada en
los contenidos».
El líder de los democristianos rechazó pronunciarse sobre la
coalición gubernamental que podría formarse en las próximas
semanas, «queremos una coalición que nos permita cumplir nuestros
ideales y ya veremos con qué partidos es posible». Desde el partido
de Fortuyn, se lanzó la primera oferta para entrar a formar parte
de la coalición gubernamental y su portavoz, Mat Herben, señaló la
necesidad de lograr un «amplio consenso para conseguir la
estabilidad del gobierno». El número dos del LPF, Joao Varela, dijo
tras conocer los sondeos que su partido podría aspirar a las
carteras ministeriales de Salud, Inmigración y Asuntos Interiores.
El gran perdedor de estas elecciones, si se confirman los sondeos,
sería el Pvda, del actual primer ministro, Wim Kok, quien calificó
los sondeos de «dramáticos» para su partido, que perdería 21
escaños.
Su líder Ad Melkert, reconoció en su primera intervención tras
conocer los datos de lo sondeos que, «nos estamos preparando para
trabajar desde la oposición», asumiendo la formación de una
coalición gubernamental de derechas. La gran pregunta que planea en
este momento se refiere a los partidos que formarán la próxima
coalición gubernamental, cuyas conversaciones se auguran largas y
difíciles. La coalición que más posibilidades tendría sería la
integrada por tres partidos de centroderecha: los democristianos,
liberales y el partido de Fortuyn. Sin embargo, en Holanda no son
desconocidas coaliciones de partidos de ideologías muy distantes,
lo que permitiría una unión de democristianos, laboristas, verdes y
el partido de centro izquierda D66, dejando fuera del gobierno al
partido de Fortuyn.
Lo único que se salió de la normalidad en las elecciones fueron
la grandes medidas de seguridad, con la presencia de agentes
antidisturbios en zonas estratégicas, como el Parlamento, el
colegio electoral donde debería haber votado Fortuyn o los lugares
donde los partidos se congregaron para aguardar los resultados
electorales. El clima de tensión generado desde el asesinato del
líder populista quedó también patente en el hecho de que los
principales políticos acudieron a las urnas escoltados por
guardaespaldas, un fenómeno insólito en este país. Por la misma
razón, las habituales fiestas que se celebran en las sedes de los
partidos para conocer los resultados se realizarán, en esta
ocasión, a puerta cerrada.
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