Los buenos resultados obtenidos por la derecha populista de la
Lista Pim Fortuyn (LPF) en las elecciones legislativas holandesas
anuncian un período de inestabilidad en los Países Bajos. Después
de la amplia victoria de la derecha, una coalición entre los
demócrata-cristianos del CDA, primer partido de los Países Bajos,
los populistas de la LPF y los liberales del VVD parece ser lo más
lógico para todos los observadores.
El partido demócrata-cristiano del CDA (centro-derecha) que es
el gran vencedor de estos comicios tras conseguir 43 escaños sobre
un total de 150 de la Cámara Baja, tendrá que llevar probablemente
a cabo esta misión incierta. La segunda formación más votada, el
partido de Fortuyn, que el miércoles consiguió 26 escaños, se
perfila como un socio obligado para el resto de la derecha. Excluir
a este partido populista de las negociaciones para la formación de
un Gobierno podría reforzar el sentimiento de descontento y de
desconfianza de los electores, según lamentan los comentaristas
holandeses.
Las diferencias internas en el seno de la LPF afectarán
seguramente a las negociaciones para la formación de una coalición.
Formada hace tres meses, la LPF sólo vivía por y para su líder, Pim
Fortuyn. Su asesinato, a diez días de las elecciones, ha dejado al
partido desorientado. Desde entonces, la imagen de la LPF es la de
un partido minado por las luchas de poder. Ayer fueron relevados
varios dirigentes y los diputados de la LPF eligieron al periodista
Mat Herben. Si fracasan las negociaciones para formar esta
coalición de derecha, parece difícil que exista una alternativa de
izquierda después del gran revés registrados por los laboristas
(PvdA), que obtuvieron los peores resultados desde la Segunda
Guerra Mundial. «Nos encontramos en el fondo de un pozo», resumió
el primer ministro holandés, Wim Kok, poco después del anuncio de
los resultados.
Con 23 escaños en al Cámara Baja (contra 45 en la anterior
asamblea), este partido de vieja tradición militante obtuvo tres
escaños menos que el partido populista de Pim Fortuyn. Poco después
del anuncio de los resultados, el jefe del partido de Kok, Ad
Melkert, anunció que dimitirá de sus funciones. El Pvda celebró
ayer una reunión de la que surgió como nueva responsable la
presidenta de la Cámara Baja, Jeltje van Nieuwenhoven. El partido
liberal VVD, que forma parte de la actual coalición de Gobierno,
también recibió un fuerte castigo en las urnas, al conseguir
renovar sólo 23 de los 38 escaños que poseía en la anterior
legislatura, lo que obligó a dimitir a su líder, Hans Dijkstal. Sin
embargo, los liberales reaccionaron con prontitud al nombrar al ex
ministro de Finanzas Gerrit Zalm.
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