Las máximas autoridades de la Policía de la provincia de Buenos
Aires presentaron ayer su renuncia después de que miembros de la
fuerza quedaron involucrados en la muerte de dos jóvenes
manifestantes ocurrida el pasado miércoles. El jefe de la
institución, Ricardo Degastaldi, y su segundo, Edgardo Beltracci,
pusieron sus cargos a disposición del gobernador provincial, Felipe
Solá.
Las renuncias, más de un centenar, fueron presentadas pocas
horas después de que un comisario y su ayudante quedaron en
condición de aprehendidos por su presunta responsabilidad en el
asesinato de dos personas en medio de graves disturbios entre
policías y manifestantes.
Además, el gobierno de la provincia más poblada de Argentina
dispuso la intervención de la jefatura policial en cuya
jurisdicción el miércoles murieron Darío Santillán, de 21 años, y
Maximiliano Costequi, de 25. El comisario inspector Alfredo
Franchiotti y el oficial principal Carlos Quevedo son los
principales sospechosos del crimen de los jóvenes 'piqueteros',
según los investigadores judiciales del caso.
Los disturbios ocurrieron en el Puente Pueyrredón, principal
acceso del sur de Buenos Aires, donde fuerzas policiales que
respondían a Franchiotti montaron un operativo de seguridad para
evitar que la vía fuera bloqueada por los desocupados. De acuerdo
con las investigaciones preliminares, en medio de las refriegas
Santillán y Costequi fueron alcanzados por disparos de escopeta con
perdigones de acero hechos a corta distancia.
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