La quiebra de WorldCom se suma a la larga lista de escándalos financieros que se registran en EE UU.

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EFE-NUEVA YORK/MADRID La bancarrota de WorldCom, los informes sobre riesgos asumidos por algunos bancos en esta empresa y en Enron, los malos resultados y previsiones de ganancias de compañías y los vaticinios pesimistas de los analistas produjeron ayer un nuevo desplome de las bolsas de Nueva York. Wall Street arrastró a las Bolsas europeas, que volvieron a desplomarse en otra jornada de pánico. Los analistas explican que en cuanto a los pequeños inversores los compradores han desaparecido del mercado, y que nadie parece estar dispuesto a correr el riesgo de invertir en bolsa sin tener una idea clara de dónde está el «fondo».

Y por el lado de los fondos institucionales se producen constantes ventas de acciones para poder cubrir sus obligaciones con sus clientes. Según cifras disponibles al cierre el promedio Dow Jones de Industriales, el más importante de Wall Street, cayó 234'68 puntos (o un 2'93 por ciento) para quedar en los 7.784'58, después de bajar el viernes 390'23 enteros (o un 4'64 por ciento). El Dow Jones, que anoche cerró en su nivel más bajo desde octubre de 1998, ha experimentado durante la última quincena su mayor baja desde el «crash» de 1987, algo que llena de pesimismo y temor a los inversores. Los analistas técnicos explican que según la tendencia natural del Dow Jones desde 1987 este indicador no debería estar ayer por encima de los 6.400 puntos, y que las violentas alzas que registró desde 1997 al año 2000 fueron absolutamente injustificadas.

Por eso no se descarta que las bolsas bajen a niveles no vistos en cinco o seis años, algo que aleja a los pocos inversores que podrían apoyar a las bolsas. En cuanto al anuncio de quiebra de WorldCom, la noticia no sorprendió a los inversores y analistas, que ya dudaban del futuro de la empresas desde que anunciara que había contabilizado fraudulentamente 3.900 millones de dólares de gastos. Pero el pesimismo y temor que generaba la quiebra de WorldCom era un factor más que golpeaba duramente a los mercados ayer, especialmente a las firmas financieras como Citigroup, que tenían grandes créditos comprometidos con la malograda compañía de las telecomunicaciones. A esto se sumaban los informes de que JP Morgan Chase, Citigroup y otros bancos prestaron unos 9.500 millones de dólares a Enron desde el año 1998, tres años antes de que el gigante energético declarara bancarrota. Los préstamos se realizaron a través de complejas operaciones financieras que hacían aparecer el dinero como transacciones y no como deuda.

Ante esta situación, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, reafirmó ayer por la tarde su confianza en los fundamentos de la economía estadounidense. Su intervención no tuvo ningún efecto beneficioso en Wall Street. Bush dijo que «el futuro será brillante» y consideró que la decisión del Congreso de apoyar una legislación que aumentará el control sobre las prácticas contables de las compañías reducirá la incertidumbre en los mercados. «No soy un corredor de bolsa ni alguien que se dedica a recomendar la compra de acciones, pero creo que los fundamentos del crecimiento económico son reales», apuntó Bush. Mientras, los principales índices de las bolsas europeas cerraron ayer con bajadas en torno al 5 por ciento, arrastrados por la caída de Wall Street, ante la quiebra de WorldCom, y las revisiones a la baja de beneficios de empresas. En las últimas horas de negociación, los principales índices europeos intensificaron las bajadas matinales arrastrados por Wall Street, después de haber vivido momentos más distendidos a mediodía.

En Londres, el FTSE 100 perdió un 4'95 por ciento, y el DAX de Fráncfort cedía un 5'15 por ciento. Las bolsas europeas comenzaron hoy la jornada con fuertes recortes, tras la quiebra de la compañía de telecomunicaciones estadounidense WorldCom y después de que la aseguradora holandesa Aegon revisara a la baja sus previsiones de beneficios. El CAC 40 de París perdió del 5'25 por ciento, hasta los 3.149'69 puntos, mientras que el IBEX 35 español cedió un 2'62 por ciento, hasta 6.251'90 puntos. Con la séptima mayor caída del año, el mercado español ya pierde algo más de la cuarta parte del valor que alcanzaba al comenzar el año y se sitúa en niveles de noviembre de 1997.