La muerte de siete personas en un nuevo atentado en Jerusalén, el
segundo en veinticuatro horas, no hace peligrar las medidas de
alivio que Israel se ha comprometido a aplicar en Cisjordania y
Gaza, pero sí habrá una «contundente respuesta» contra los
islamistas del Hamas. Israel ha comenzado esta semana la aplicación
de una serie de medidas para aliviar las graves consecuencias
humanitarias del bloqueo y del toque de queda que el Ejército
impuso a la población palestina a partir del 18 de junio, cuando
invadió siete de las ocho ciudades de Cisjordania.
Según la fuente, que pidió el anonimato, «aliviar la trágica
situación de los palestinos es un interés de Israel y no sólo de la
ANP, por lo que sería ilógico suspenderlas». «No obstante -aseguró
sin dar más detalles- la respuesta militar será contundente y
directamente contra el Hamas (Movimiento de la Resistencia
Islámica)».
Por medio de una llamada telefónica a la televisión Al-Yazira,
Hamas se responsabilizó hoy de un atentado en la Universidad Hebrea
de Jerusalén que causó la muerte a siete personas, la mayoría de
ellas extranjeras, según el Centro Forense de Abu Kabir, en Tel
Aviv. Los forenses confirmaron que uno de los muertos es una mujer
estadounidense y agregaron que hasta ahora sólo dos familias
israelíes han reclamado sendos cadáveres, lo que es otro indicio de
que las víctimas estaban solas en Israel. El ataque, que destruyó
por completo el llamado restaurante «Frank Sinatra», también causó
heridas graves a 14 personas -entre ellos dos surcoreanos-, y leves
a una italiana y varios turistas estadounidenses, japoneses y
turcos. En total unas 80 personas resultaron heridas.
La Policía parece haber descartado que se trate de un ataque
suicida, y considera que un individuo que recibió ayuda por parte
de algún empleado o estudiante dejó el bolso-bomba encima de una
mesa en el centro de restaurante. La ANP condenó el atentado
inmediatamente pero, a la vez, responsabilizó al primer ministro
israelí, Ariel Sharon, de desencadenar la actual espiral de
violencia con el bombardeo aéreo de la semana pasada en Gaza, en el
que murieron 15 palestinos, entre ellos el máximo líder del brazo
armado del Hamas, Salaj Shahade.
La población palestina de Gaza festejó ayer el atentado en
Jerusalén y la consideró la venganza apropiada por el bombardeo.
Distintas fuentes gubernamentales aseguraron ayer que Israel «no
pasará por alto el ataque», y el ministro de Defensa, Benjamín Ben
Eliezer, se reunió con los altos mandos para estudiar el deterioro
de la situación y anunció que ha autorizada el ataque tendrá
respuesta contundente por parte de Israel ya que confirmó que había
autorizado dar una «respuesta militar contundente».
Ante la proliferación de atentados suicidas, el Gabinete de
seguridad nacional, presidido por Sharon, aprobó ayer un plan
secreto para afrontar ese problema. Entre otras medidas, contempla
la posibilidad de expulsar a la Franja de Gaza a los familiares de
terroristas suicidas que hayan tenido algún grado de complicidad en
los atentados.
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