El nuevo presidente de los colombianos, Àlvaro Uribe, convocó ayer
a los ciudadanos a apoyar de manera explícita y sin reticencia a la
fuerza pública, al anunciar un programa de soldados y policías
voluntarios. Tras la toma de posesión de la presidencia durante la
que se registraron acciones terroristas de las FARC en los que
murieron al menos 17 personas. Quienes entren al programa, que
originalmente contará con 100.000 personas, serán instruidos,
recibirán una pequeña paga, cumplirán labores de apoyo a la fuerza
pública y no estarán, en principio, armados, dijo Uribe.
El mandatario presentó en Valledupar, capital del departamento
de Cesar, 700 kilómetros al norte de Bogotá, el Programa
Estratégico de Seguridad Democrática, ante las autoridades
regionales, a quienes dijo que «nos vamos a hacer matar todos si
toca, pero tenemos que recuperar la paz». Por otra parte Àlvaro
Uribe presentó ayer a diputados y senadores un proyecto de
reférendum sobre la posibilidad, por un lado, de que los grupos
guerrilleros que se acojan al plan de paz obtengan representación
parlamentaria, y por otro, disolver el Parlamento bicameral para
convertirlo en unicameral, informaron en fuentes oficiales.
En otro orden Cinco paramilitares y dos guerrilleros, uno de las
FARC y otro del ELN, murieron en combates con el Ejército en tres
regiones del país, informaron ayer fuentes castrenses. Los
enfrentamientos son los primeros que se producen en el nuevo
gobierno del presidente liberal disidente Àlvaro Uribe Vélez, quien
asumió el cargo el miércoles. La primera acción se registró el
municipio de Tauramena, en el departamento de Casanare, unos 400
kilómetros al nordeste de Bogotá.
Según las fuentes, el combate con tropas de la XVI Brigada se
inició cuando los irregulares de extrema derecha fueron
interceptados en un sitio conocido como Javito, cuando se dirigían
a Tauramena. Las tropas decomisaron explosivos. En otras regiones
colombianas, cerca a Maicao, al norte, y en Cocorná, noroeste,
fueron abatidos dos guerrilleros, uno del Ejército de Liberación
Nacional (ELN) y otro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC). Por otra parte, en la zona rural selvática,
próxima al municipio de Orito, departamento del Putumayo, unos 800
kilómetros al sur de Bogotá, tropas de un batallón antinarcóticos
destruyeron dos laboratorios de refinado de cocaína. En el lugar
los soldados decomisaron productos químicos, acetona, éter y radios
de comunicación, pero no se informó de detenciones.
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