La mayor aerolínea del mundo, American Airlines, anunció ayer que
despedirá a 7.000 trabajadores antes de marzo de 2003 y reducirá
sus operaciones en un 9 por ciento al dar de baja aparatos y
cancelar las rutas menos rentables. «Debemos reducir nuestros
costos para poder competir y lograr los productos y servicios que
quieren nuestros clientes y están dispuestos a pagar», declaró
Donald Carty, director general de la compañía aérea estadounidense.
Con esta decisión, anunciada dos días después de la bancarrota de
otra aerolínea estadounidense, US Airways, American espera ahorrar
unos 1.100 millones de dólares (1.020 millones de euros) que
ayudarán a reducir las millonarias pérdidas tras los atentados del
11 de septiembre.
Estos despidos, que se suman a los del año pasado de más de
20.000 trabajadores, representan el 5'6 por ciento de la plantilla
de la aerolínea, y el 40 por ciento del despido será de pilotos y
azafatas de vuelo. Además, la compañía estadounidense anunció que
retirará inmediatamente 74 aviones «Fokker 100» y nueve antiguos
Boeing 767, los más ineficientes de su flota, y dilatará el pedido
de otros 35 nuevos aparatos que estaba previsto fueran entregados
este año. American había firmado hasta ayer contratos para comprar
éste y el año que viene un total de 54 aviones Boeing, más otros
doce para 2004, trece para 2005 y otros doce para 2006.
Hasta marzo, la aerolínea norteamericana, que perdió 1.800
millones de dólares en 2001 y otros 1.100 millones en la primera
mitad del presente año, contaba con 101.706 empleados. El anuncio
de estos importantes recortes es un signo más de la crítica
situación de las compañías aéreas estadounidenses después de la
fuerte disminución de la demanda tras los atentados contra las
Torres Gemelas y el Pentágono el 11 de septiembre pasado. En
conjunto, el sector, inmerso en la peor crisis económica desde la
II Guerra Mundial, acumuló unas pérdidas de 1.400 millones de
dólares durante el segundo trimestre, lo que ha forzado ya a la
quiebra de al menos cuatro aerolíneas pequeñas y grandes.
En Wall Street, la decisión de recortar operaciones fue bien
recibida y los valores de American subían a mediodía 0'21 dólares,
hasta los 8'57 dólares, después de que el lunes descendiera hasta
los 8'15, el nivel más bajo desde de los atentados del 11-S.
Michael Linenberg, analista de Merrill Lynch, valoró positivamente
la estrategia por estimar que es la correcta para que la empresa
regrese a los beneficios, y reiteró su recomendación de adquirir el
valor ahora que está en su mínimo.
Los analistas consideran que parte de los problemas de American
están relacionados con la compra por 4.200 millones de dólares el
año pasado de Trans World Airlines (TWA), que en ese momento se
encontraba en bancarrota y añadió exceso de capacidad. Pero, por
otra parte, coinciden también en que la empresa está en mejor
situación que sus más directos competidores, United o US Airways,
para superar la crisis por sus importantes reservas en caja, 2.600
millones de dólares.
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