El Ejército israelí completó ayer su retirada de la ciudad
cisjordana de Belén y comenzó a replegarse de los enclaves que
mantenía reocupados en la Franja de Gaza, según los parámetros del
acuerdo 'Gaza primero'. La aplicación de este modelo en otras áreas
de Cisjordania dependerá de la eficacia de las fuerzas de seguridad
palestinas a la hora de combatir a las organizaciones radicales.
Precisamente, los portavoces de éstas amenazaron ayer con hacer
todo lo posible por torpedear la iniciativa.
A lo largo de la tarde, las tropas israelíes abandonaron sus
posiciones dentro de la ciudad autónoma de Belén, y se situaron en
su periferia, para controlar los eventuales intentos de
infiltración por parte de terroristas palestinos. Asimismo,
comenzaron a replegarse gradualmente de los enclaves que reocuparon
dentro de la Franja de Gaza. El ministro palestino de Interior,
Abdel Razek al Yehiye, se comprometió a hacerse cargo de la nueva
situación. «Tomaremos todas las medidas necesarias para alcanzar la
seguridad interior y el orden público en esas zonas», declaró Al
Yehiye, bajo cuya responsabilidad queda ahora la capacidad de
prevenir nuevos atentados y, por ende, nuevas invasiones de los
territorios autónomos por parte del Ejército israelí.
Por su parte, el ministro israelí de Defensa, Benjamín ben
Eliezer, aseguró que «la importancia de esta iniciativa radica en
que ayudará a generar confianza entre las partes, algo que es
imprescindible cara a futuros avances diplomáticos y de seguridad»,
según un comunicado oficial que fue difundido por el Ministerio. No
obstante, la retirada no llegará a alcanzar las líneas previas a
octubre del 2000. En el caso de Belén, las fuerzas israelíes
permanecerán desplegadas a lo largo del corredor que conecta el
control militar de acceso desde Jerusalén con la Tumba de Raquel,
un enclave religioso judío que se encuentra en la entrada de la
ciudad. En el caso de la Franja de Gaza, el Ejército mantendrá
algunas posiciones estratégicas alrededor de los asentamientos.
Entre ellas, la línea divisoria entre las localidades de Rafá y Jan
Yunis, en la que ha erigido una valla de 3 metros de alto para dar
protección a la colonia de Morag, perteneciente al bloque de Gush
Katif.
Las organizaciones radicales palestinas Hamás y Yihad Islámica
condenaron el contenido del plan de seguridad 'Gaza primero', y
amenazaron con sabotearlo. El líder espiritual de la Yihad
Islámica, el jeque Abdalá Shami, calificó la iniciativa de «juego
de azar político». Por otro lado, el principal dirigente del
Movimiento de la Resistencia Islámica en la Franja de Gaza, Abdel
Asís Rantisi, aseguró que «la resistencia encontrará formas de
continuar con su lucha sin llegar a entrar en confrontación con la
Autoridad Nacional Palestina». Este pacto, alcanzado el pasado
domingo entre Al-Ijie y el ministro de Defensa israelí, Benjamín
Ben Eliezer, es el primer acuerdo pactado directamente, sin
intermediarios internacionales, entre Israel y la ANP desde el
comienzo de la Intifada en septiembre del 2000. Este acuerdo es
visto aún con cierto escepticismo en ambos bandos, que coinciden en
que «su éxito sólo podrá verse si se cumple en el terreno, no sólo
en el papel».
Pero los atentados continuaron. Un niño palestino de 13 años
murió ayer cerca de la ciudad cisjordana de Jenín al ser alcanzado
por un disparo efectuado por un tanque israelí. En la ciudad de
Naplusa, bajo toque de queda desde hace más de cincuenta días,
varios palestinos resultaron heridos de en el mercado central por
disparos de los soldados israelíes, que aseguraron que fueron
atacados cuando intentaban destruir un laboratorio de explosivos. Y
además centenares de palestinos han sido informados de la
expropiación de sus tierras situadas en la ruta que seguirá el
llamado «muro de seguridad» que Israel levanta, con sensores
electrónicos para separar sus territorios de los de
Cisjordania.
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