La primera fase de las elecciones al Parlamento regional de la zona
india de Cachemira se celebró ayer en medio del boicot de los
partidos secesionistas y empañadas por ataques de los rebeldes
islámicos, 17 de los cuales murieron. Los guerrilleros islámicos
que luchan por la secesión de los dos tercios de Yamu y Cachemira
controlados por Nueva Delhi atacaron con cohetes y otras armas dos
colegios electorales y causaron la muerte de un policía antes de
comenzar la jornada electoral.
Otras seis personas resultaron heridas al estallar varios
artefactos colocados por los rebeldes en los colegios electorales o
sus cercanías, algunos de los cuales fueron desactivados por las
fuerzas de seguridad antes de explosionar. Durante la noche, las
tropas indias abatieron a tiros a 17 guerrilleros en tres
enfrentamientos distintos cuando trataban de cruzar desde el lado
de paquistaní la Línea de Control que divide Cachemira entre los
dos países vecinos. Pero fuentes oficiales indias expresaron su
satisfacción por el transcurso relativamente pacífico de la jornada
desde que se abrieron los colegios a las 07.00 horas hasta que se
cerraron a las 16.00 horas. El director general de policía de Yamu
y Cachemira, A.K. Suri, aseguró que los esporádicos actos de
violencia perpetrados por los insurgentes sólo afectaron
marginalmente a la participación de los votantes.
En Nueva Delhi un portavoz de la Comisión Electoral, Sayan
Chatterjee, elevó a 44 por ciento el promedio de participación
entre los casi 1'5 millones de personas que estaban convocadas a
elegir 23 de los 87 escaños del Parlamento de Yamu y Cachemira.
Chatterjee admitió, no obstante, que en los distritos de Sopore y
Baramulla únicamente entre un tres y un cinco por ciento ejerció su
derecho al voto y otros observadores imparciales aseguraron que
algunos colegios permanecieron casi desiertos.
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