Schröder confía en repetir como canciller, pese al retroceso del SPD.

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Las elecciones parlamentarias alemanas han resultado tan reñidas que las primeras estimaciones no permiten dar un ganador claro y mientras el canciller, Gehard Schröder, vaticina una noche larga aunque cree tener buenas perspectivas de conservar el poder, su rival conservador, Edmund Stoiber, dice que todavía no quiere descorchar el champán y proclama la victoria de la CDU-CSU.

Las estimaciones de las 18.30 GMT, daban una ligera ventaja a la Unión Cristianodemócrata y la Unión Socialcristiana (CDU/CSU), de algo menos de un punto, sobre el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), de Schröder. Mientras que la cadena privada N-TV daba como empatados a ambos partidos, con un 38'3 por ciento, la primera cadena de televisión pública ARD concedía a la CDU/CSU un 38'8 por ciento y al SPD un 38'1 por ciento.

Prácticamente idénticas eran las estimaciones de la segunda cadena pública ZDF, que situaba a la CDU/CSU en el 38'9 por ciento y al SPD en el 38'1. En cualquier caso, respecto a los comicios de hace cuatro años, los resultados vaticinan un retroceso para el SPD y un ascenso para la CDU/CSU.

De lo que no hay duda es de que Los Verdes, el socio menor de la actual coalición, pueden considerarse los vencedores morales de estos comicios, pues no sólo han defendido su puesto como tercera fuerza parlamentaria sino que incluso han ganado votos respecto a 1998.

El resultado del socio menor podría colocar a Schröder en la situación de repetir cancillería, aún en el caso de que el SPD quede ligeramente por detrás de la CDU/CSU.

Según las citadas estimaciones, el partido eco-pacifista se sitúa entre el 8'6 y el 9%, un resultado que incluso supera sus objetivos más optimistas y que sobre todo es superior al de los liberales del FDP, que oscilan entre el 7'2 y el 7'5.

El objetivo inicial, aunque poco realista, del FDP era alcanzar el 18%, una cifra que los líderes del partido mostraron durante la campaña en camisetas y emblemas y que el presidente del partido, Guido Westerwelle, llegó a imprimirse hasta en la suela de los zapatos.

El principal perdedor es el pos-comunista Partido del Socialismo Democrático (PDS), que se considera el principal valedor de los intereses del este de Alemania y que no logró el cinco por ciento mínimo para acceder al Parlamento.