El presidente palestino, Yaser Arafat, de 73 años, declaró ayer que
«mi vida corre peligro», en conversación telefónica con el ministro
de Exteriores turco y advirtió de que prefiere pegarse un tiro
antes de entregarse a los soldados israelíes.
«Sharon quiere matarme porque quiere vengarse de lo que ocurrió
en Beirut en 1982», dijo a través del teléfono. El presidente
palestino ha hecho saber que no tiene intenciones de rendirse ni de
entregar a una veintena de oficiales palestinos refugiados con él,
y que únicamente está listo para la paz, no para la
capitulación.
La operación de asedio que el Ejército de Israel lleva a cabo en
la Múkata contra el presidente palestino, Yaser Arafat, es
denominada por Israel «Cuestión de Tiempo». El nombre de la
operación aparentemente tiene como objetivo debilitar a Arafat y
que abandone la Mukata bajo la fuerte presión militar de Israel, lo
que es «una cuestión de tiempo», dicen los comentaristas
israelíes.
El Ejército de Israel rodea el edificio de Arafat con alambres
de espino después de cesar la demolición del inmueble donde se
encuentra confinado el presidente palestino en la Múkata de Ramala,
desde el pasado jueves. Las tropas israelíes permanecen apostadas
alrededor del edificio de la Múkata, a pesar de que las excavadoras
han abandonado el recinto. Fuentes de militares israelíes afirmaron
que en la decisión han pesado las manifestaciones espontáneas de
miles de palestinos registradas en Cisjordania y en la Franja de
Gaza, en las que cinco civiles han muerto y decenas han resultado
heridos por disparos del Ejército.
Asimismo "dijeron" también ha influido en la retirada de las
fuerzas de la Múkata, las fuertes presiones que Estados Unidos
ejerce sobre Israel para que actúe con calma en esta situación.
Estados Unidos dijo a Israel, que el cerco tendido a Arafat en
Ramala «no ayuda» a poner fin a los ataques terroristas de los
palestinos suicidas.
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