El presidente estadounidense, George W. Bush, afirmó ayer que desea
una «resolución fuerte» de la ONU, «pidiendo cuentas» al presidente
iraquí, Sadam Husein. Bush hizo estas declaraciones en un discurso
pronunciado en Trenton (Nueva Jersey). El mandatario norteamericano
afirmó también que el dirigente iraquí podría utilizar armas de
destrucción masiva sin «avisar». Bush, continuó ayer intentando
estrechar su cerco político contra Irak, con presiones a la ONU y
al Congreso para que se apruebe una resolución que autorice el uso
de la fuerza, aunque los demócratas quieren matizar ese documento.
Algunos demócratas, que temen una crisis aún mayor en Oriente
Medio "especialmente si Israel responde a las provocaciones
iraquíes", quieren pulir la resolución del Legislativo. Por otra
parte, y en una reunión extraordinaria que celebró ayer el Gobierno
británico, el primer ministro, Tony Blair, intentó convencer a sus
ministros, algunos de ellos abiertamente reticentes, de que hay que
actuar contra Irak.
La sesión del Ejecutivo británico se celebró un día antes de que
la crisis iraquí sea debatida en la Cámara de los Comunes, donde
Blair también se enfrentará a la oposición de numerosos diputados,
sobre todo de su propio partido. El Jefe de Gobierno entregó a sus
ministros un documento oficial de 55 páginas sobre la capacidad
armamentística del régimen de Bagdad. Según filtraciones a la
prensa, el informe detalla los esfuerzos del líder iraquí, Sadam
Husein, por hacerse con un arsenal nuclear a través de una red de
suministradores, y describe con fotografías los horrores que el
dictador ha infligido sobre su propio pueblo con armas químicas y
biológicas.
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