El registro policial de las oficinas de Sinn Fein -brazo político
del IRA- en el Parlamento norirlandés ha desatado una tormenta
política que amenaza la estabilidad del gobierno autónomo y del
propio proceso de paz. En una operación que se extendió a distintas
direcciones del oeste y el norte de Belfast y que implicó a unos
doscientos agentes, la policía se incautó de diversa documentación
y disquetes en una mesa de las oficinas del Sinn Fein y detuvo a su
jefe de contabilidad.
Las sospechas contra Denis Donaldson no son menores: el jefe de
contabilidad del Sinn Fein trabajó hasta hace un año en los
servicios de mensajería del Ministerio británico para Irlanda del
Norte, de donde se despidió precipitadamente tras una investigación
interna. La unidad antiterrorista de la policía interroga ahora al
ex mensajero -arrestado en su domicilio en el oeste de Belfast- y a
otros tres detenidos, incluida una mujer.
Al parecer, durante su trabajo en el Ministerio Donaldson se
encargó de la distribución del correo interno y externo del
departamento y gozó de libertad para moverse por todas las
instalaciones. La detención coloca en una difícil situación a Sinn
Fein, contra el que en el último año se han presentado varias
acusaciones en torno a su compromiso con el proceso de paz. Aunque
el Sinn Fein ha asegurado tanto en Dublín y Londres como en
Washington que el IRA no tiene intención de volver a la violencia,
se ha relacionado a ese grupo con el robo de documentos
confidenciales -entre ellos, datos de los informadores policiales-
de la comisaría de alta seguridad de Castlereagh en marzo
pasado.
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