Miles de manifestantes protestaron ayer en París contra una guerra en Irak.

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EUROPA PRESS-NUEVA YORK El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas discutirá públicamente esta semana la cuestión iraquí en medio de la división entre sus miembros permanentes ya que Rusia y Francia rechazan el uso de la fuerza, mientras que Estados Unidos comienza a concentrar tropas cerca de Irak para reforzar su dispositivo militar. Mientras, el Pentágono empezará a vacunar contra la viruela hasta medio millón de soldados mientras prepara la campaña militar contra Irak, informó ayer el diario The New York Times.

El diario, que citó a fuentes de la administración Bush y militares, indicó que el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, todavía no autorizó la inoculación, pero que «está asegurada» la aprobación de la Casa Blanca. «De los 1'4 millones de hombres y mujeres en servicio activo en las Fuerzas Armadas, de 350.000 a 500.000 podrían recibir la vacuna de acuerdo con el plan del Pentágono», añadió el periódico.

«La mayoría estaría en unidades que, eventualmente, podrían ser despachadas al Oriente Medio, aunque otros podrían ser vacunados también», según el Times. El debate en la ONU sobre Irak, solicitado por el grupo de países no alineados, tendrá lugar el miércoles, según anunció el pasado viernes el embajador de Camerún, Martin Belinga Ebutu, que ocupa la Presidencia rotativa del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Los miembros permanentes del Consejo llevan a cabo intensas negociaciones, con el fin de tratar de elaborar un proyecto de resolución sobre el desarme de Irak que logre un amplio consenso. Aunque existe un acuerdo sobre el principio de una resolución severa respecto a Irak, Rusia y Francia se oponen a que el nuevo texto permita utilizar automáticamente la fuerza en caso de obstrucción iraquí.

El tema del «doble rasero» (ya que se reprocha a Irak no haber respetado 16 resoluciones del Consejo, pero Israel se negó a aplicar 28 y nadie amenaza a este país de intervención militar) será seguramente mencionado durante el debate, sobre todo por los países árabes. Varios diarios populares británicos estimaron ayer que el primer ministro, Tony Blair, sufrió un «desaire humillante» durante su visita a Moscú para tratar de convencer al presidente ruso, Vladimir Putin, de que apoye una resolución de la ONU que amenace a Irak con el uso de la fuerza.