El sector aéreo europeo afronta una auténtica revolución después de
que el Tribunal de Justicia de la UE declarara ayer ilegales los
acuerdos bilaterales suscritos por ocho países de la Unión con EE
UU. Cuatro años después de que la Comisión Europea denunciara los
acuerdos, los jueces le han dado la razón en una sentencia
«histórica» que abre una brecha para la introducción de compañías
de bajo coste, como Virgin o Ryanair, en el lucrativo transporte
aéreo transatlántico.
La vicepresidenta de la Comisión, Loyola de Palacio, encargada
de la cartera de Transportes en el Ejecutivo comunitario, celebró
la decisión judicial como «un hito de la construcción europea» por
sus implicaciones institucionales, su impacto para la consolidación
del sector aéreo europeo y el impulso que puede dar a un proyecto
como el Cielo Único. Es, además, la primera vez que el Tribunal
apoya a las autoridades de Bruselas en un pleito contra tan elevado
número de estados miembros, nada menos que ocho: Alemania, Àustria,
Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Luxemburgo, Reino Unido y
Suecia.
Otros cuatro, Italia, Francia, Portugal y Holanda, están a punto
de ser denunciados por los mismos motivos. Sólo España, Irlanda y
Grecia se han librado de la acción de la Comisión. En sus
sentencias de ayer, el Tribunal de Luxemburgo considera que los
acuerdos bilaterales suscritos por esos países con EE UU son
discriminatorios porque incluyen una «cláusula de nacionalidad» que
restringe los derechos de tráfico internacional a determinadas
compañías nacionales de los estados que los firman. Además, el
Tribunal ha confirmado que es la Comisión, y no los gobiernos
individuales, la autoridad competente para negociar con un país
tercero los principales aspectos del transporte aéreo.
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