Los expertos de la ONU inspeccionaron ayer una fábrica de cloro y de fenol.

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AGENCIAS-BAGDA
Los expertos en desarme de la ONU y un equipo de traductores de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) han comenzado a revisar el informe entregado el sábado pasado por Irak sobre su armamento de destrucción masiva, para comprobar si cumple con las resoluciones del Consejo de Seguridad.

Este organismo anunció ayer su intención de entregar a los cinco miembros permanentes del mismo -Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido y Chinauna copia íntegra del documento, mientras que hasta ahora se consideraba que los inspectores de Naciones Unidas serían los primeros en revisarlo para retirar cualquier información que contenga sobre cómo crear armas químicas, biológicas o nucleares, para después entregarlo a los miembros del Consejo.

El primero de los países en recibir el documento, que tiene una extensión de 12.000 páginas, fue Estados Unidos, que quedó encargado de hacer las correspondientes copias al resto de miembros del Consejo. Esta decisión supone que Washington no se verá obligado a esperar para tener acceso al inventario de Irak.

Los técnicos de Naciones Unidas adujeron que los cinco miembros permanentes tienen los conocimientos necesarios para saber el riesgo que conllevaría dejar que otros países vean el contenido del informe. Corresponde ahora a estos cinco países elaborar una versión más reducida del documento para que pueda ser distribuido.

Esta decisión de dar una copia de la declaración armamentística de Irak a sólo cinco países del Consejo de Seguridad de la ONU suscitó una fuerte controversia con críticas a Colombia, país que preside temporalmente ese órgano. El presidente del Consejo, el colombiano Alfonso Valdivieso, informó a última hora del domingo de su decisión de dar una copia de la declaración a los miembros «con capacidad de peritaje para valorar» si hay riesgo de que los documentos contengan información sensible como, por ejemplo, sobre cómo fabricar una bomba nuclear.