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El Gobierno venezolano admitió ayer que es «difícil» la situación en la vital industria petrolera del país, afectada por la huelga que mantienen desde hace 11 días una parte de la alta gerencia y la flota marina de la estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA). El presidente de PDVSA, Alí Rodríguez, señaló que el Gobierno de Hugo Chávez intenta controlar la situación, garantizando el abastecimiento interno de combustible y la próxima reactivación de las operaciones de refino en las principales plantas del país, aunque el esfuerzo es baldío.

Pero, Rodríguez reconoció que es «difícil la situación» en PDVSA porque la huelga es respaldada por un grupo de «gerentes con posiciones claves» dentro de la principal industria venezolana, generadora del 80 por ciento de las divisas que ingresan al país. Un número indeterminado de altos gerentes y la flota marina de PDVSA, encargada de la distribución interna de combustible, se sumaron el pasado 4 de diciembre a la huelga general opositora que comenzó dos días antes y que pide la retirada del Gobierno de Hugo Chávez.

Mientras, los líderes de la oposición venezolana realizaron anoche seis marchas hacia la Plaza de Altamira (este de Caracas), previas a la 'Gran Toma de Caracas' cuya fecha aún no ha sido fijada. El secretario general de la Confederación General de Trabajadores (CTV), Carlos Ortega, prometió que la 'Gran toma de Caracas' será «el acto más contundente que países americanos hayan visto en su historia».