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DANIEL FERRARO-CARACAS
A pocas horas de que Gobierno y oposición suscribieran la 'Declaración contra la Violencia, por la Paz y la Democracia', el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ordenó la detención del presidente de Fedecámaras (gremio empresarial) y principal líder opositor, Carlos Fernández, acusado de sedición y llamamiento a la rebelión, después de que el juez 34 de control, Maikel José Moreno, emitiera la orden de arresto.

Por estos mismos cargos también se señala al presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Carlos Ortega, quien declaró que no se entregaría por «temor a su integridad física», por lo que ahora se encuentra en la clandestinidad. «Yo les dije: procedan», admitió el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, al recordar la llamada que recibió del juez en la que le informaba sobre la orden de arresto de Fernández. «Ya era hora», enfatizó el mandatario, al resaltar que «hay otros escondiéndose», haciendo clara referencia al presidente de la CTV, Carlos Ortega.

«Esa gente debería estar presa desde hace tiempo», señaló Chávez, quien con anterioridad había criticado duramente al Poder Judicial, manifestando que «la mayoría de los jueces están vendidos». «Afortunadamente hay algunos con coraje», expresó, al tiempo que invitó a otros jueces a dictar órdenes de detención en contra de otros opositores a quienes calificó de «fascistas». «Celebré (la noticia) con un dulce de lechosa que me mandó mi mamá y que mandé a traer a media noche para degustarlo (...) y me acosté con una sonrisota», comentó Chávez. «Por fin un fiscal y un juez se atrevieron a emitir las órdenes respectivas», indicó. No obstante, su evidente alegría expresada con un «¡Estoy feliz!», el presidente aseguró que «no es odio contra nadie, sino que tiene que haber justicia aquí».