La enemistad entre los turcos y los kurdos es profunda tras varios
siglos de antagonismo y etapas de violencia, por lo que Estados
Unidos teme que la presencia de tropas de Turquía en el Kurdistán
iraquí desencadene un conflicto que complicaría los planes futuros
de un Irak sin Sadam Husein.
Los soldados norteamericanos de refuerzo, según indicaron
fuentes militares del Partido Democrático de Kurdistán (PDK) desde
Harir, cerca de Arbil y donde se ha acondicionado un aeródromo,
llegarán en los próximos días para tratar de abrir el frente
norte.
Turquía acordó abrir dos corredores en su espacio aéreo a los
aviones norteamericanos destinados a atacar objetivos en Irak.
El próximo envío de miembros de las fuerzas especiales a la
región autónoma del Kurdistán parece estar relacionado con el pulso
que mantienen Washington y Ankara.
Turquía quiere desplegar a sus soldados en el norte de Irak al
mismo tiempo que EEUU, que a principios de marzo envió militares a
la zona para ayudar a reparar tres aeródromos situados en
diferentes puntos, según confirmó el general kurdo, Azad Miran.
El gobierno turco dice que debe desplegar tropas en el norte de
Irak para evitar que se produzca una crisis humanitaria similar a
la ocurrida en 1991 durante la guerra del Golfo, cuando cerca de
medio millón de kurdos se aglomeraron en la frontera.
La crisis humanitaria aún no se ha producido, y después de que
el viernes la cadena turca de la CNN y otros medios locales
informaran de que 1.500 soldados turcos habían entrado en el norte
de Irak, el alto mando del Ejército negó ayer, la veracidad de esa
información.
Desde hace varias semanas el Ejército turco ha estado
concentrando tropas en la frontera iraquí, tomada por unos 70.000
soldados, y por la calle principal de Silopi, localidad situada
cerca de la frontera, donde es constante el trajín de vehículos
militares, incluidos carros de combate y blindados.
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