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AGENCIAS-EL CAIRO/DOHA
Dos equipos de periodistas árabes de televisión, que suman 27 personas en total, llevaban anoche varias horas bloqueados en medio del fuego cruzado, en Bagdad, entre fuerzas iraquíes y de la coalición anglo-estadounidense. Según informó Yaber Obeid, enviado especial de Abu Dhabi Television (ADT) en Bagdad, en el informativo de las 22.00 horas locales (20.00 GMT), los periodistas -22 de la cadena de Abu Dhabi y 5 de Al Yazira- han pedido ayuda a la Cruz Roja para que los rescate y los lleve a un lugar seguro.

ADT dijo que el presidente de la Media Luna Roja de los Emiratos Àrabes Unidos -cuya capital es Abu Dhabi-, Hamdan ben Zaid al Nayán, ha instado al responsable para Oriente Medio del Comité Internacional de la Cruz Roja que intervenga para poner fin al bloqueo.

Obeid señaló que, en su opinión, los dos bandos están utilizando el edificio donde está basada la oficina de ADT para cubrirse al disparar contra el enemigo.

Por eso, Al Yazira afirmó ayer que sus equipos «ya no están seguros» y que desea que abandonen el país, según informó el redactor en jefe de la cadena en Doha. «Considero que ninguno de ellos está seguro, ya sea en Bagdad o en el resto del país, incluso los que se encuentran junto a las tropas estadounidenses. Mi deseo es que los repatriemos a todos», afirmó Ibrahim Hilal.

Al Yazira desea retirar a todos sus equipos de Irak y ya le ha pedido a su enviado especial, que acompaña a las tropas estadounidenses en Nasiriya, que vuelva, precisó el redactor en jefe de la cadena. «Ya no podemos garantizar la seguridad de nuestros colegas», afirmó, citando el caso del corresponsal de la cadena en Mosul (norte), que estaría utilizando las instalaciones de un hospital para poder transmitir.

Además, cientos de civiles huyeron ayer de Bagdad en diversos vehículos hacia el este del país. En coches, camionetas, camiones o minibuses, los bagdadíes se dirigían hacia el barrio norte de Ash Shaab para tratar de llegar a la autopista que se bifurca hacia el este en dirección a Diala, a unos 100 kilómetros de la capital. Los vehículos iban cargados con colchones, utensilios de cocina y alimentos. A bordo había mujeres y niños. El estrépito de los bombardeos era incesante.