Pero, tras un análisis detenido de los cinco soldados, se llegó a
la conclusión de que se trataba de una nueva falsa alarma. «El
cirujano de la división no cree que se trate de gas mostaza»,
confirmó el comandante Hugh Cate, portavoz de la 1001 División
Aerotransportada.
También saltó la alarma ante la posibilidad de que cinco
soldados hubieran sido afectados por gas mostaza, pero resultó ser
también falsa.
El Ejército estadounidense citados por la cadena NBC, se habrían
encontrado en la localidad iraquí de Hindiya más de una docena de
barriles con productos químicos, que, según los primeros tests,
habrían dado positivo como agentes nerviosos y dermatóxicos, en
tabun y sarín.
Sin embargo, son sólo componentes para fabricar pesticidas.
Así lo dijo un oficial estadounidense, el capitán Adam
Mastrianni, miembro de los servicios de Inteligencia de la 101
División Aérea, en base a los informes ofrecidos por un equipo
preparado para estudiar el nivel de amenaza química de los
componentes hallados cerca de la granja de Hindiya.
A esta falsa alarma hubo que sumar una segunda. Washington
sospechaba que cinco de sus soldados podrían sufrir los efectos de
la exposición al gas mostaza. Estos efectivos, destacados cerca de
la ciudad de Najaf, en el centro de Irak, sufrieron náuseas y
ampollas después de haber entrado en un edificio donde estaban
almacenadas municiones iraquíes.
En la búsqueda de armas de destrucción masiva en territorio
iraquí, todavía sin éxito a pesar de ser uno de los argumentos
utilizados por los aliados para desencadenar esta guerra, el pasado
viernes se dio un caso similar. Las tropas norteamericanas
encontraron miles de cajas con líquido y un polvo blanco
sospechoso.
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