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JAVIER MARTÍN-UM QASAR
Los militares españoles que forman parte de una Unidad Conjunta embarcada en el buque de asalto anfibio «Galicia» tuvieron que suspender ayer el reparto de ayuda humanitaria anta la confusión y la avalancha de personas que generó la operación. Dos camiones del Ejército de Tierra cargados con raciones de comida y agua se desplegaron en la aldea meridional de Um Qasar, único puerto de aguas profundas de Irak. Rodeados por los infantes de marina del Primer Batallón de la Armada con base en San Fernando, Cádiz (sur de España), los iraquíes se arremolinaron en torno a los vehículos, ansiosos por hacerse con una de las raciones de comida especial para musulmanes enviada por España.

Sin embargo, los militares españoles se vieron obligados a interrumpir el reparto y regresar a puerto sin completar su misión ante el incontrolable tumulto que se formó frente a los camiones, donde la población luchaba por hacerse con la comida y el agua. «He decidido retirar a mis hombres ante el cariz que tomaban los acontecimientos y para evitar males mayores. Continuaremos con el reparto a través de la autoridad local», indicó después el almirante Moreno Susanna.

El reparto de la ayuda humanitaria, que hasta ahora llega de forma escasa al sur de Irak, ha sido duramente criticado por las organizaciones internacionales, que denuncian que los militares no tienen ni la capacidad ni las infraestructuras ni la experiencia para realizarla. Las previsiones eran repartir 3.000 raciones de comida y 5.000 litros de agua entre la población de Um Qasr, pero la aglomeración lo hizo imposible. Las fuentes consultadas indicaron que se había logrado distribuir aproximadamente más de la mitad. Asimismo, señalaron que los militares españoles están manteniendo, a distintos niveles, continuas reuniones con los mandos británicos (ya que Um Qasar es la zona de acción de una Brigada de Reino Unido) y algunas «autoridades locales».