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EUROPA PRESS-LONDRES
Un destacado clérigo iraquí que vivió durante doce años en Londres y que regresó la semana pasada a su hogar en Nayaf (sur de Irak), bajo la protección de la coalición anglo-estadounidense, murió asesinado ayer en una mezquita de la localidad. Abdul Majid al Joei, presidente de la fundación caritativa Al Joei, con sede en Londres, habría sido asesinado a cuchilladas, según precisó un portavoz de su organización, quien confirmó su muerte.

Abdul Majid al Joei era hijo del ayatolá Abdul Qasim al Joei, quien era la más alta autoridad religiosa chií en tiempos de la Guerra del Golfo (1991) y que falleció en 1992 en arresto domiciliario. Todos sus familiares fueron perseguidos por el presidente iraquí Sadam Husein, y algunos de ellos fueron incluso asesinados o dados por desaparecidos. Además la multitud acuchilló también a otro clérigo islámico en la mezquita de la ciudad santa de Nayaf. «La gente los atacó y mató dentro de la mezquita», declaró Ali Assayid Haider, un mulá que se desplazó a Nayaf desde Basora para participar en un mitin de líderes chiíes en el que se iba a debatir cómo velar el sepulcro del imán Alí. El relato de los testigos no pudo ser confirmado por fuentes independientes, según la NBC.

El asesinato de Haider al Kadar y de Abdul Majid al Joei tuvo lugar en el sepulcro, uno de los lugares santos del Islam chií, practicado por la mayoría de los iraquíes. Los testigos indicaron a la prensa que muchos de los presentes no respaldaban a Al Kadar debido a su papel como miembro del Ministerio de Religión del presidente iraquí, Sadam Husein. En un gesto de reconciliación, Al Kadar había sido acompañado al lugar sagrado por Abdul Majid al Joei, un responsable del clero chií, hijo de una alta autoridad religiosa. Cuando los dos hombres aparecieron en el lugar sagrado, miembros de otra facción leal atacaron verbalmente a Al Kadar.