Abdul Majid al Joei era hijo del ayatolá Abdul Qasim al Joei,
quien era la más alta autoridad religiosa chií en tiempos de la
Guerra del Golfo (1991) y que falleció en 1992 en arresto
domiciliario. Todos sus familiares fueron perseguidos por el
presidente iraquí Sadam Husein, y algunos de ellos fueron incluso
asesinados o dados por desaparecidos. Además la multitud acuchilló
también a otro clérigo islámico en la mezquita de la ciudad santa
de Nayaf. «La gente los atacó y mató dentro de la mezquita»,
declaró Ali Assayid Haider, un mulá que se desplazó a Nayaf desde
Basora para participar en un mitin de líderes chiíes en el que se
iba a debatir cómo velar el sepulcro del imán Alí. El relato de los
testigos no pudo ser confirmado por fuentes independientes, según
la NBC.
El asesinato de Haider al Kadar y de Abdul Majid al Joei tuvo
lugar en el sepulcro, uno de los lugares santos del Islam chií,
practicado por la mayoría de los iraquíes. Los testigos indicaron a
la prensa que muchos de los presentes no respaldaban a Al Kadar
debido a su papel como miembro del Ministerio de Religión del
presidente iraquí, Sadam Husein. En un gesto de reconciliación, Al
Kadar había sido acompañado al lugar sagrado por Abdul Majid al
Joei, un responsable del clero chií, hijo de una alta autoridad
religiosa. Cuando los dos hombres aparecieron en el lugar sagrado,
miembros de otra facción leal atacaron verbalmente a Al Kadar.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.