Los kurdos celebraron en Kirkuk la ocupación de la ciudad por los milicianos.

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ALBERTO MASEGOSA-BAGDAD
Las fuerzas norteamericanas se ven incapaces de imponer el orden en Bagdad, donde el saqueo masivo y los enfrentamientos armados prosiguieron ayer, dos días después de la caída del régimen de Sadam Husein. Bandas de salteadores arramblaron durante todo el día con lo que encontraban en edificios y sedes oficiales, que muchos de ellos fueron después pasto de las llamas. El saqueo alcanzó a muchas viviendas particulares, de donde los saqueadores tomaron como podían todo tipo de electrodomésticos. No se descarta que muchos de los que participaron en el pillaje generalizado sean antiguos combatientes que, tras la derrota del régimen, se refugiaron en sus casas, donde guardaron sus armas y se cambiaron de ropa antes de salir de nuevo a la calle con apariencia de civiles.

El producto del pillaje es depositado en pequeños carricoches arrastrados por hombres, mujeres y niños. Algunos saqueadores se dejan ver en las calles con caballos robados, supuestamente procedentes de caballerizas oficiales, en las inmediaciones del Club Yadriye, uno de los más lujosos de la capital y propiedad de Uday Husein, uno de los hijos de Sadam.

El saqueo también alcanzó a varias sucursales bancarias, según pudo observar un corresponsal de EFE, y la oficina del Banco Rafidein del barrio de Olwia, la mayor de todo Bagdad, fue despojada de millones de dinares iraquíes y divisas extranjeras por turbas que la asaltaron sin ser molestados. Las tropas americanas presentes en ambos lugares no hicieron nada para evitar el saqueo, pese a que su intervención fue requerida por varias personas. Otros testigos dijeron que grupos de ladrones han establecido controles en diferentes calles desde los que se dedican a saquear a los peatones con total impunidad.

Según pudieron ver los corresponsales de EFE, al menos tres embajadas habían empezado también a ser saqueadas: la de Alemania, la de Malasia y la de Corea del Sur, así como el centro cultural francés. Ninguna legación diplomática está protegida por guardias de seguridad, ya que la policía que custodiaba los edificios se ha evaporado. Al mediodía, la Embajada de España, sita en el barrio de Al Mansur, no había sido objeto de saqueo, aunque algunos vecinos advirtieron de que, si continuaba sin protección, también podría ser asaltada.

Las actuaciones han llegado incluso a los centros hospitalarios. En concreto, el hospital Al Kindi, uno de los principales centros civiles de la capital iraquí, fue atacado esta mañana por saqueadores, algunos de ellos armados, sin que el Ejército estadounidense interviniera, según constataron periodistas presentes en el establecimiento. Al menos dos ambulancias y varias cajas que contenían medicamentos fueron robadas sin que el personal pudiera oponerse. Los médicos del hospital alarmados pidieron a los periodistas la protección de su centro por el Ejército estadounidense.