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AGENCIAS-ZAJO
Las milicias kurdas y las tropas estadounidenses tomaron ayer Mosul, donde se desató el caos después de que el Ejército iraquí abandonase la única gran ciudad del Kurdistán iraquí que quedaba bajo su control.

Las tropas aliadas han desplazado el frente a la ciudad de Tikrit (norte), feudo tradicional del presidente Sadam Husein y la última gran ciudad en poder de las fuerzas leales al régimen iraquí. La coalición cree que los últimos combatientes de Sadam Husein podrían estar preparando su resistencia en Tikrit, tras perder en menos de 24 horas sus posiciones en las estratégicas ciudades de Mosul y Kirkuk.

La toma de Mosul se produjo, como la víspera en Kirkuk, sin que peshmergas y soldados norteamericanos tuvieran que usar sus armas, pues la retirada de los militares iraquíes había sido generalizada en las horas previas.

Poco después, el mando central aliado en Doha confirmaba que el V Cuerpo del Ejército iraquí se había rendido, pero por la tarde fuentes militares estadounidenses en la ciudad aseguraban que antes de que la capitulación llegara a firmarse la mayoría de sus integrantes lograron escabullirse, vestidos de civil, entre la población.

Los primeros en entrar en Mosul, que con más de un millón de habitantes está considerada la tercera gran urbe de Irak, fueron varios centenares de combatientes del Partido Democrático del Kurdistán (PDK) de Masud Barzani. Las primeras fuerzas especiales estadounidenses llegadas al centro de la ciudad petrolera de Mosul, en el norte de Irak, fueron recibidas por disparos de francotiradores.

Sólo horas después de que el Ejército se retirase de la ciudad, uno de los bastiones del régimen de Bagdad en el norte del país, sus habitantes se lanzaron a las calles y repitieron las escenas que se habían visto primero en Basora y después en Bagdad. El pillaje no sólo se limitó a las sedes gubernamentales, sino que además afectó a tiendas, centros universitarios y hospitales, en uno de los cuales robaron tres ambulancias.

Los habitantes de Mosul también celebraron la «liberación» del régimen de Sadam destruyendo varias de las estatuas y efigies del presidente iraquí omnipresentes en la ciudad, pero el pillaje ensombreció las celebraciones.

La entrada de los peshmergas del PDK en Mosul coincidió con la retirada paulatina ayer de Kirkuk de los combatientes, en su mayoría de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) de Jalal Talabani, de Kirkuk, que están siendo relevados por soldados estadounidenses en el control de la segunda ciudad petrolífera.