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Israel cerró ayer la franja de Gaza pese al anuncio de que aliviaría la situación de los palestinos en los territorios, mientras la UE comienza su ofensiva diplomática para impulsar la «Hoja de Ruta».

El Ejército israelí impuso un cierre total en la franja de Gaza y las localidades de Kalkilia y Tulkarem, en el norte de Cisjordania, continúan bajo toque de queda.

El número de palestinos muertos a manos de soldados israelíes a primeras horas de la mañana asciendían a tres. La última víctima mortal fue un palestino de 18 años de la localidad de Jan Yunes, en el sur de la franja de Gaza, que fue abatido por disparos de soldados israelíes cuando se encontraba en un puesto de observación militar.

Estas nuevas actividades del Ejército israelí tienen lugar menos de 24 horas después de que Israel anunciara el fin de las restricciones de movimiento en los territorios palestinos como gesto de «buena voluntad» por la visita del secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, que aún permanece en la región. Por el momento solo los diplomáticos podrán entrar y salir de la franja de Gaza, por razones humanitarias.

Las autoridades israelíes impidieron ayer la entrada a dos cooperantes españoles que trabajan en la franja de Gaza y que iban acompañados por la cónsul general adjunta del Consulado de España en Jerusalén, Teresa Lizaranzu.

Tampoco al jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los territorios ocupados, el español Ricardo Solé Arqués, con pasaporte de Naciones Unidas, le fue permitido el paso a Gaza.