La esperada entrevista entre el canciller alemán, Gerhard Schröder,
y el secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, acabó ayer con el
anuncio de compromisos susceptibles de mejorar las relaciones entre
los dos países.
Schröder complació a su invitado declarándose partidario de
levantar «cuanto antes» las sanciones de la ONU contra Irak y
mostrándose dispuesto a ampliar la misión alemana de mantenimiento
de la paz en Afganistán.
La breve comparecencia ante los medios dejó patente que la
visita ha sido sólo un primer paso hacia el restablecimiento de
relaciones armoniosas y que el camino será largo.
Powell describió la entrevista con el canciller de «muy directa
y honrada», lo que en lenguaje diplomático significa que se habló
de las diferencias sin tapujos, y reconoció que se habían tratado
«los desacuerdos del pasado, los serios desacuerdos del
pasado».
Schröder, quien había adelantado ya que no deseaba hablar con
Powell de la guerra de Irak, sino de la manera «pragmática» de
asegurar un futuro digno para los iraquíes, calificó el diálogo con
el secretario de Estado de «muy abierto y amistoso».
Su interlocutor señaló que EEUU y Alemania no sólo tienen
diferencias, sino que «también son amigos y aliados desde hace
muchos años» y que conviene construir sobre estas bases.
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