El Gobierno francés, confrontado a una primavera social «caliente»
a causa del rechazo a su plan de reforma de las pensiones, trató
ayer de desactivar la crisis en la educación, marcada por repetidas
huelgas y manifestaciones, con propuestas de negociación
«inmediata» sobre la descentralización.
Tras la reunión de un comité interministerial sobre la
enseñanza, en la novena jornada de movilización y paro laboral del
año escolar, el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, anunció que
ha pedido a los titulares de Educación y Descentralización que
abran «de inmediato y sin a priori» discusiones con los
sindicatos.
Éstas deben centrarse en las «misiones y garantías estatutarias
del personal y en la forma de aplicar esta reforma necesaria»,
dijo, al prometer que sólo después de «ese trabajo en común»
enviará el proyecto de ley al Consejo de Estado.
La propuesta de Raffarin, que también prometió un debate
nacional sobre la educación, suscitó reacciones negativas de los
sindicatos. Gérard Aschieri, líder del principal sindicato de
funcionarios en la educación (FSU), dijo que Raffarin no responde
«prácticamente» a ninguna de las «exigencias», con lo que se expone
a «un endurecimiento del movimiento» y «una situación de bloqueo»
que puede perjudicar a «todos».
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.